Este martes Juanfran Pérez Llorca será ‘coronado’ como presidente de la Generalitat Valenciana. El nuevo rey llega al trono tras la caída de su predecesor, Carlos Mazón 'El indecente', un personaje despreciable que miente más que habla, y cuyas mentiras y desprecio a las victimas de la DANA le han costado la poltrona. Pero cuidado Juanfran, que la historia está llena de casos de nuevos reyes que duran menos que un pastelito en la puerta de un colegio.
Es un secreto a voces que al pobre hombre lo han metido ahí para no quemar a quien el emperador, Alberto Núñez Feijóo, realmente quiere, la alcaldesa de Valencia María José Catalá que, oh sorpresa, mantiene un perfil más que bajo estos días. En principio, el nuevo rey llega con los días contados, y recibirá la corona y el cetro con una guerra entre sus lacayos y los de Feijóo en ciernes.
Y con todo esto sobre la mesa, yo no dejo de acordarme de una pobre desgraciada a la que coronaron y que duró la friolera de 9 días en el trono: lady Jane Grey. Una pobre títere en medio de una guerra de poder que la superaba por todos los lados.
Salvando las distancias obvias, pues dudo que nadie le corte el cuello de forma literal a este hombre (no lo descarto de forma política, que el fuego amigo mata, y mucho), y que todos sabemos que durará más de 15 días salvo sorpresa mayúscula. Pero el paralelismo no deja de estar ahí.
Si a la Lady Jane Grey la puso su primo, hijo del mismísimo Enrique VIII, a lord Juanfran Pérez Llorca 'Grey' lo ha colocado su ‘primo’ político, el expresidente valenciano, Carlos Mazón, hijo político del Enrique VIII del siglo XX, ni más ni menos que Eduardo Zaplana.
En el caso de ella, su primo había fallecido y no la pudo proteger. En el caso de él, su ‘primo’ no solo está muerto políticamente hablando, sino que el nuevo rey no se quiso acordar de él en su debate de investidura, pero es que, además, lo dejó en evidencia con su discurso. Vamos, que lo puso a los pies de los caballos. Igual ha sido por eso que le ha regalado una portavocía en una comisión que no trabaja. Algo que le vendrá bien a Mazón 'El indencente', pues lo de doblar el lomo no es algo que vaya con él.
Eso sí, una lanza voy a romper a favor de Pérez Llorca. Y es que, el nuevo rey marcó las distancias con su predecesor en el discurso de investidura sin que le temblara el pulso. Muy honorable, pero poco práctico en política, ya que la historia, salvo que te llames Paco Camps, no le da la razón a quien hace eso. Todo lo contrario. Y, además, Roma no paga a traidores.
Este martes Pérez Llorca vivirá su momento de notoriedad, pero no debe olvidar que ese mismo momento de gloria política ya lo vivieron José Luis Olivas o Alberto Fabra y no repitieron en sus puestos. Nuestro nuevo rey no debe olvidar que el PP se parece más a la serie Los Tudor que a un partido político. El tiempo dirá.