Conchita Díaz (Madrid, 1978) es la responsable de formación en Machine Learning y Big Data de Google Cloud, pero es mucho más que eso. También es una de las personas que más sabe de Inteligencia Artificial del mundo, la única mujer con certificación CCIE y una fan absoluta de Dory, uno de los personajes de la película 'Buscando a Nemo'. Y es que Conchita ha hecho suya una de las frases más míticas del pez azul con menos memoria de la historia del cine: “Cuando la vida te da un golpe, ¿Sabes lo que tienes que hacer?, sigue nadando, sigue nadando”. 

“Siempre he sido muy Dory, es una frase que me ha acompañado durante toda mi vida y creo que me ha ido muy bien”, nos cuenta en esta entrevista de la serie 'Mujeres Extraordinarias', un proyecto realizado en colaboración con Renfe, cuyo objetivo es visibilizar el talento femenino. Conchita Díaz siempre ha sido una persona muy feliz y risueña, algo que confirmamos nada más conocerla. De ella también dice mucho su manera de vestir, siempre colorida, atrevida y diferente, todo lo que se espera de una trabajadora de Google, una de las empresas más innovadoras del panorama actual.

Una sonrisa todo el día, todos los días

Conchita Díaz

De pequeña, su entorno la apodó Little Miss Sunshine por su parecido a unos juguetes. Y es que Conchita, al igual que esos muñecos, siempre estaba sonriendo, incluso cuando a los 10 años perdió a su figura paterna o atravesó varios problemas de salud. “Sigo intentando tener, o que no se me borre, esa sonrisa de la cara en el día a día, y creo que más o menos lo voy consiguiendo. Me siento muy reflejada con la niña que era”, añade. 

Pero no todos los días son fáciles, cómo no fue fácil afrontar uno de los viajes que más recuerda en tren. Conchita se subió al tren, camino a una conferencia en Barcelona ante 3.000 personas, como muchas otras veces, pero esa vez algo era diferente: a última hora le cambiaron el tema de la charla y tuvo que prepararla en el viaje. “Recuerdo que había un azafato y me dijo: ¿se encuentra usted bien? y yo le dije que no” nos cuenta entre risas. Y es que ese azafato le facilitó un sitio para poder estudiar y preparar la conferencia. Gracias a ese viaje Madrid-Barcelona, Conchita dio una de sus mejores conferencias y encontró en los vagones de tren un nuevo sitio en el que poder estudiar y desconectar.

Mamá, quiero ser artista

De pequeña, Conchita quería ser artista, ir al conservatorio o estudiar arte dramático. Pero finalmente, y ante la negativa de su madre, decidió estudiar una ingeniería porque “ en esa época estaba de moda”. La experta en IA no recuerda la universidad como una de las mejores etapas de su vida. “Cómo se plantea todo era de una manera muy ruda, desde el miedo”, nos cuenta, “por eso, mientras estudiaba la carrera pensé que si me dedicaba a la enseñanza y a la educación lo quería hacer de manera completamente distinta”, añade. Y es que, para ella, “toda esa tecnología que nos han puesto como algo muy complicado” puede enseñarse de manera fácil, amigable e incluso divertida. 

“Me da rabia ser la única mujer, yo quería ser la primera, pero, sigo siendo la única mujer con todos los CCIE”

Antes de trabajar en Google, Conchita era empleada de una empresa estadounidense llamada Cisco Systems. Esta empresa cuenta con una certificación de carrera, cuyo nivel más alto se denomina CCIE y está dividido en seis especialidades. “Pensé que era imposible, pero cuando conseguí sacarme el primero dije, ¿Por qué no pruebo a sacarme el segundo?”, y eso hizo, consiguió las seis certificaciones llegando a ser la primera mujer del mundo en obtenerlas. “Me da rabia ser la única mujer, yo quería ser la primera mujer, pero sigo siendo la única mujer con todos los CCIE”, añade rotundamente. Para Conchita lo más importante de todo este proceso ha sido el poder transmitir a otras mujeres que es posible obtener estos certificados. Ella espera dejar de ser la única mujer en tenerlos todos, pero continuará siendo la primera en haberlos obtenido. 

Así surgió su pasión por la IA

La manera en la que llegó a la empresa americana es bastante particular. “Yo nací con un problema de corazón, no me llega a veces oxígeno al cerebro, se me baja la tensión y me desmayo”, nos explica. Su cardióloga la recomendó probar un tratmiento novedoso que permite monitorizar el funcionamiento del corazón en tiempo real. “Si el dispositivo detecta que la bradicardia dura más de un minuto, eso ya puede ser peligroso, genera una señal SOS, que vía satélite va a llegar al hospital más cercano y, sea cual sea la parte del mundo en la que esté, me mandan una ambulancia”, finaliza. Esto hizo que Conchita Díaz quisiera trabajar directamente con la Inteligencia Artificial para mejorar la vida de los demás, algo que hace en Google. Su trabajo consiste en enseñar a sus clientes las diferentes aplicaciones y beneficios que puede tener la Inteligencia Artificial en sus negocios.

“La posición de la mujer dentro de la IA aún es muy deficiente”

Conchita Díaz en las oficinas de Google en Madrid

Conchita tiene muy clara la posición de la mujer dentro de su campo de trabajo: aún queda mucho por hacer. “La posición de la mujer dentro de la IA aún es muy deficiente, el número de mujeres que hay es un número muy pequeño” y eso es algo que Conchita quiere cambiar. Y es que “para desarrollar buenos productos de Inteligencia Artificial hace falta contar con equipos diversos”. De hecho, manda un mensaje directo a todas esas niñas que quieran estudiar Inteligencia Artificial: “Meteros en el mundo de la IA porque os necesitamos, es algo que es vital y que a día de hoy no lo tenemos”. De los techos de cristal en su sector nos ha contado que “no es diferente a los techos de cristal en otros sectores, existen, pero poco a poco se va resquebrajando”. Y es que eso es algo que Conchita tiene muy claro, con más referentes femeninos conseguirán destruirlos por completo. 

Las 'Mujeres Extraordinarias' de Conchita Díaz

Ella es referente para muchas niñas y mujeres, pero Conchita también ha tenido sus propios referentes. El primero de ellos ha sido su madre, una mujer trabajadora que sacó a una niña con problemas de salud adelante y que siempre le daba la vuelta a la tortilla cuando Conchita se quejaba de su salud, alegando que ella era más lista que los demás. Otro de los grandes referentes de su vida ha sido la cantante Aretha Franklin, de la que habla con total admiración. La cantante estadounidense no tuvo una vida fácil, sufrió malos tratos por parte de su familia y fue de las primeras mujeres en denunciar un caso de violencia de género. Pero ella siguió nadando, cantando y persiguiendo sus sueños, convirtiéndose en una de las mejores voces femeninas de todos los tiempos. 

Ellas son las mujeres que han inspirado la vida de Conchita. Ellas y la película 'Buscando a Nemo', en la que finalmente el pequeño pez payaso consigue cumplir su misión, pero siempre acompañada de Dory. Y eso es lo que quiere Conchita “ser la Dory de una gran cantidad de mujeres extraordinarias que sean capaces de resolver los grandes problemas de la humanidad con Inteligencia Artificial”.