Con la llegada del invierno, llegan también las nevadas y heladas en las carreteras. Ante esto, los conductores deben estar preparados para poder seguir circulando con total seguridad en cualquier condición climatológica. Uno de los elementos imprescindibles y que más quebraderos de cabeza dan a los conductores durante el invierno son las cadenas.

La colocación de las cadenas en las ruedas de nuestro vehículo es una tarea más complicada de lo que puede parecer y no todo el mundo es capaz de ponerlas bien. Por eso, es importante tener a mano una serie de consejos básicos para su correcto uso.

Consejos para usar las cadenas

  • Cadenas adecuadas: Lo primero que hay hacer es comprobar que las cadenas que se tienen son las adecuadas para vehículo que se esté utilizando. Para ello hay que conocer las medidas de la rueda.
  • Guantes: No sólo para las cadenas, sino para todo tipo de problemas que nos puedan surgir en la conducción, es necesario llevar unos guantes de trabajo en el coche y evitarnos cortes o heridas.
  • Practicar: Por lo que pueda suceder, un buen consejo es poner y quitar las cadenas del coche en cualquier momento a modo de práctica para no tener problemas cuando llegue el caso real.
  • Dónde colocar las cadenas: Las cadenas y fundas textiles se colocarán siempre en las ruedas motrices, es decir, en los vehículos con tracción trasera se deberán colocar en el eje posterior y en los vehículos con propulsión delantera en el eje anterior. Por último, los vehículos con tracción a las cuatro ruedas deberán instalar las cadenas en el eje trasero.
  • Cómo conducir con cadenas: Una vez que se instalan las cadenas, se tendrá que circular a una velocidad máxima de 40Km/h y no realizar maniobras bruscas.
  • Retirarlas cuando ya no sean necesarias: Las cadenas tendrán que ser retiradas en cuanto la capa de nieve o hielo haya desparecido del asfalto. De este modo, ni los neumáticos ni las cadenas sufrirán daños.
  • Limpiar con agua: A la hora de limpiar las cadenas, se tendrá que hacer con agua, con el fin de eliminar los restos de tierra y sal. Por último, antes de guardarlas en su envase hay que cerciorarse que están secas. De esta forma, se evitará su deterioro por un mal almacenaje y estarán listas para volver a utilizarlas.