Hace unas semanas estuvimos bastante enganchados al lanzamiento del SpaceX de Elon Musk y la NASA. Y muy poco antes, el 29 de mayo, había despegado en Netflix una serie que nos revela grandes claves de la situación que vive actualmente la carrera espacial estadounidense: Space Force, que tiene a Steve Carrell y John Malkovich como protagonistas, y lleva el sello de los creadores de The Office -Greg Daniels y el propio Steve Carell, que también orbita como protagonista.

La serie imagina cómo sería una hipotética rama militar de la Fuerza Espacial del país, idea que, aunque en ningún momento se menciona específicamente a Donald Trump, está extraída de los planes políticos que ha expresado el presidente en los últimos años, y en el objetivo real que éste se ha marcado, y comunicado en Twitter, de volver a poner un pie (estadounidense) en la Luna en 2024. Los diez capítulos de la ficción se desarrollan, como The Office, en un lugar de trabajo: en una base en Colorado, donde el general Mark Naird (Steve Carrell) intenta, a la vez que resolver sus problemas familiares, cumplir su misión de volar a la Luna, trabajando con un científico que es también su némesis, Adrian Mallory (papel especialmente escrito para John Malkovich).

Como ya hizo en The Office, Carrel dota a su personaje de una vulnerabilidad que humaniza sus intransigencias de general, sus impulsos, sus desprecios hacia la ciencia y sus ideas disparatadas, a veces dignas de un auténtico lunático, o más bien del general preferido de un presidente disfuncional.

Monos en la luna, espías rusos, plantaciones chinas, pérdidas de cientos de miles de dólares… Satírica, muy políticamente incorrecta, ácida y con un espectacular diseño de producción, Space Force resume el caos que se forma cuando los dirigentes imponen retos inalcanzables solo por saciar sus delirios cósmicos de grandeza.