Los neandertales no llevaban una vida más violenta o peligrosa que la de nuestros antepasados, como se había creído hasta ahora. Así lo afirma en un artículo de la revista Nature la Universidad de Tübingen (Alemania), tras una investigación que deduce que los neandertales y los humanos modernos del Paleolítico Superior sufrían traumatismos craneoencefálicos con una frecuencia similar.

El estereotipo que imperaba hasta ahora, explican los autores de este trabajo, se ha sustentado, en gran medida, a partir de evidencias anecdóticas y del análisis de esqueletos lesionados de neandertales, en vez de a partir de estudios cuantitativos de poblaciones.

Además, recuerdan, los casos estudiados se comparaban a menudo con otros de humanos actuales, en lugar de cotejarlos con los de sus contemporáneos. En cambio, la autora al frente de la investigación, Katerina Harvati, y sus colegas llevaron a cabo un estudio comparativo de poblaciones de neandertales y humanos del Paleolítico Superior que presentaban traumatismos craneoencefálicos.

Recurrieron a la base de datos de fósiles más extensa que existe en la actualidad, compuesta por hasta 800 muestras de una antigüedad de entre 80.000 y 20.000 años, y registraron en cada caso la existencia de trauma encefálico, su género, su edad de fallecimiento y su localización geográfica, al tiempo que evaluaron las diferencias en la prevalencia de traumas entre los dos grupos.

Así hallaron diferencias en la frecuencia de las lesiones cerebrales sufridas por los neandertales y los hombres modernos del Paleolítico Superior, si bien los varones presentaban tasas más altas de heridas de ese tipo en ambos grupos, frente a las mujeres.

Un cráneo neandertal. Imagen del Grupo de Paleoantropología (MNCN-CSIC). Esta divergencia puede explicarse, afirman, según las actividades específicas que cada sexo desarrollaba en cada comunidad, con los hombres dedicados a la caza o la guerra.

Por edades, los neandertales más jóvenes eran más propensos a sufrir traumas encefálicos que los mayores, mientras que esa diferencia apenas existe en el grupo de los humanos modernos.