Los humanos son bichos raros entre los mamíferos: obviando contadas excepciones como los hipopótamos, casi todos los mamíferos tienen pelaje cubriendo su cuerpo. Los humanos estamos prácticamente con la excepción del pelo de la cabeza. Y para entenderlo, hay que remitirse a las teorías de Mark Pagel, biólogo evolutivo de la Universidad de Reading en el Reino Unido que teorizó sobre por qué los mamíferos tienen pelo.

La piel aísla a los animales del frío y del sol, pero los antepasados ​​de los humanos lo pudieron perder porque tenían la capacidad de compensarlo con fuego, refugio y ropa. Así, la falta de pelo debe ser consecuencia de algún tipo de ventaja evolutiva, y hay varias teorías sobre cuál podría ser, según ha explicado Pagel a WordsSideKick.com: primero, que tener una capa gruesa de piel podría ser suficiente para protegernos del frío y el calor. Además, los humanos evolucionaron para tener glándulas sudoríparas, a diferencia de nuestros parientes primates, y el pelo podría haberse encharcado de haberlo mantenido. También se ha especulado con que los primeros humanos podrían pasar mucho tiempo en el agua, y la piel les pesaba mientras nadaban. Por último, se ha planteado la hipótesis del ectoparásito, en un estudio de 2003 publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences. Los ectoparásitos son parásitos que viven en el exterior del cuerpo del huésped. Estos parásitos, que incluyen piojos, garrapatas y pulgas, son una de las principales causas de enfermedad y mortalidad en todas las especies. Los ectoparásitos pueden sentirse menos atraídos por la piel sin pelo y puede ser más fácil deshacerse de ellos cuando no están enterrados en la piel.

Sin embargo, estas hipótesis no explican, por ejemplo, por qué los hombres tienden a ser más peludos que las mujeres. También es de destacar que los humanos están cubiertos de vello diminuto, excepto en las palmas, las plantas de los pies, los labios y los pezones. Y las hormonas que emergen en la pubertad pueden transformar la apariencia de este vello.

Por otro lado, cabe preguntarse por qué mantenemos el pelo en la cabeza si no lo queremos para aislarnos del frío. Como bípedos o animales que caminan erguidos sobre dos patas, nuestras cabezas están muy expuestas al sol. Cerca del ecuador, donde los humanos evolucionaron, la exposición al sol puede ser abrumadora y el cabello ayuda a las personas a evitar el sobrecalentamiento. "Es una especie de sombrero incorporado", ha explicado Pagel.