- Mama, ¿puedo estudiar? 

- Después de jugar al Fortnite, hijo.

Es una broma de Twitter, pero define a la perfección la situación. No ya de la futuro. La situación actual. Si en el pasado muchos padres forzaban a sus hijos a ser futbolistas o tenistas más allá de los estudios, ahora hay una nueva vía: la de convertirse en jugador profesional de videojuegos.

Es un mundo que crece imparable por debajo de la atención de los grandes medios y cadenas generalistas. Aunque nos cansemos de decir que es una industria más potente que la del cine, por ejemplo.

Pero es que son grandes números y grandes corporaciones y eso nos queda lejos. Pero es mucho más fácil de comprender cuando lo bajamos a personas reales y a números auténticos. Kyle Giersdorf es una persona real. “Bugha” es su sobrenombre. 16 años su edad. 3 millones de dólares ha sido el premio que ha obtenido al proclamarse campeón del mundo de Fortnite en el torneo celebrado el pasado fin de semana en Nueva York.

900.000 dólares a los 13 años

Para hacernos una idea de lo que hablamos, el premio obtenido por Giersdorf es mucho más alto que el que se lleva el ganador de Wimbledon. Y siguiendo con los números, la asistencia a la final fue la misma que los que acuden a ver el desenlace del Open de Estados Unidos. Es fácil de contar, pues se celebró en el mismo lugar, el Arthur Ashe Stadium.

Aún con todo, la sensación no fue Bugha, sino KING. El realidad es Thiago Lapp. Este muchacho argentino quedó quinto. Y si la juventud del campeón es insultante, qué decir de la de Lapp. A sus 13 años se embolsó 900.000 dólares gracias al puesto de honor que ocupó en la final. Ya muchos dicen que su estilo de juego, audaz y temerario, puede marcar una época en Fortnite.