Es la última menstruación, y las mujeres están familiarizadas con esa etapa fisiológica que culmina su edad fértil. Pero no todas las hembras del reino animal pasan por ella. Ni siquiera los primates, nuestros casi primos.

Hasta ahora, se creía que solo tres especies de mamíferos, incluida la humana, se exponían a la menopausia: las orcas (Orcinus orca) y los calderones o ballenas piloto (Globicephala). Pero a la lista se han añadido dos nombres más: las ballenas beluga (Delphinapterus leucas) y las narvales (Monodon monoceros), tras un hallazgo publicado en Scientific Reports

Todos los miembros de esta nómina, excepto la especie humana, pertenecen a la familia de los odontoceli, un suborden de los cetáceos con dientes. Los científicos que han participado en el estudio sostienen que para que la menopausia tenga sentido en términos evolutivos, una especie necesita tanto una razón para dejar de reproducirse como otra para seguir viviendo después. Entre las orcas, animal cuya menopausia se ha documentado durante cuarenta años, la razón para dejar de reproducirse procede, según se ha detectado, del hecho de que sus hijos e hijas permanezcan con la madre toda la vida, creando un amplio grupo con el que el animal tendría que compartir la comida. Poner fin a su reproducción racionaliza el consumo. El estudio reciente apunta a que también las belugas y los narvales tendrían patrones sociales amplios, similares a los de las orcas, que justificarían su menopausia.