La ambición del los humanos. O su estupidez. O sus sueños románticos. Ninguno de estos factores parece desaparecer ni después de muertos. Y de eso parece aprovecharse Elon Musk, que otra cosa no, pero idea de negocios sí que tiene. 

Por eso el reciente lanzamiento de SpaceX ha sido peculiar en varios sentidos. Por un lado, se trata de la puesta en órbita más ambiciosa de la Historia. A bordo del enorme cohete Falcon viajarán nada menos que 24 satélites. Pero también habrá sitio para otros elementos menos pragmáticos. 

Se trata de los restos de 152 personas fallecidas. 152 individuos cuyo mayor anhelo parecía ser descansar toda la eternidad flotando en el espacio. La iniciativa ha sido desarrollada por una empresas de lo que podría denominarse pompas fúnebres espaciales
 

De 1 a 7 gramos

Esta compañía se encarga de preparar los envíos. Las cenizas de los finados se compactan en pequeños recipientes de metal. Estos recipientes se agrupan en el interior de la nave y después son lanzados al espacio infinito. Los fallecidos, o mejor dicho, sus familiares pueden elegir realizar una inscripción en la superficie de la cápsula. 

Son este tipo de extras los que hacen que el precio de esta forma de descansar eternamente varíe. En cualquier caso, no es una opción barata. El importe de esta manera tan peculiar de perdurar oscila entre los 5.000 y los 12.000 euros. A parte de las inscripciones, las variaciones de precio también se debe a la cantidad de fallecido que se envía al espacio. Hay cápsulas que van desde el gramo de cenizas hasta los 7 gramos de restos humanos calcinados.