¿Cuándo dejamos de crecer? Lo primero que nos viene a la cabeza es en la adolescencia, cuando ya no tenemos que cambiar de ropa cada temporada. O mucho antes, si hablamos de cuando acaban de desarrollarse nuestros sentidos. Pero es una percepción falsa. Hasta los 36 años seguimos creciendo. 

La interpretación cambia con la edad

Parece una afirmación atrevida, pero un grupo de investigadores lo certificó hace unos meses. No es tanto crecimiento como maduración. Hay, al menos, una zona de nuestro cerebro que no para de madurar hasta los 36 años. 

En concreto se trata del córtex visual primario. Un área cerebral muy importante, pues se encarga de recibir las imágenes que le envía la retina, en realidad impulsos eléctricos, e interpretarlos. De este modo, nuestra percepción, nuestra manera de entender y asimilar lo que nos rodea no acaba de configurarse hasta bien entrada la edad adulta. 

Cosas de la sinapsis

Para llegar a esta conclusión, los investigadores de una universidad Hamilton, de Ontario, en Canadá, analizaron el comportamiento de varios grupos de individuos desde los 20 años 80 años. Comprobaron cómo a partir de mediados de la treintena, la percepción es muy similar, apenas presenta cambios. Sin embargo, la interpretación de los más jóvenes era menos coherente. 

La explicación científica es, como siempre, algo compleja. Al parecer están implicadas las proteínas que impulsan la sinapsis neuronal. El proceso por el que la información pasa de los órganos al cerebro y allí es interpretada. Según el estudio, estas proteínas varían la acción de las neuronas hasta que estas han alcanzado un estado de madurez concreto, lo que ocurre a los 36 años. 

La relevancia de este estudio está en el cambio de paradigma. Ahora se sabe que ciertos problemas visuales pueden también resolverse en edades adolescentes y juveniles y no solo en la infancia como se creía hasta ahora.