No dejes que la realidad te estropee una buena historia. Más o menos esta debe de ser una de las grandes frases de la industria del cine. En general no importa, dado que la mayoría son historias de ficción. Pero en aquellas que comienzan con el clásico y socorrido “basado en hechos reales” sería deseable un poco más de fidelidad histórica. O al menos, que no se cambiara radicalmente, como sucede con Mozart y Salieri.

Una historia de película

En 1984, Milos Forman dirigía la película Amadeus. En ella mostraba a un Mozart mamarracho pero genial. Tras de él, un amargado y siempre ceñudo Salieri. Un compositor con gran talento pero que palidecía al lado del precoz maestro austriaco. Una enemistad irreconciliable que acaba mal. Pero parece que la realidad fue muy distinta. Hace unos días, el musicólogo Timo Houko Herrmann encontró en la biblioteca del Museo Checo de la Música en Praga la partitura de una obra escrita conjuntamente por Mozart y Salieri. Se trata de la cantata Per la recuperata salute di Ofelia k. 477a.

Escrita para una soprano

La obra fue escrita en 1785 para celebrar que la soprano inglesa Nancy Storace había recuperado la voz tras una grave enfermedad. Contiene 36 compases de un andante que compuso Mozart. El nombre de la obra proviene de una ópera escrita por Salieri que alcanzó un gran éxito cantada por Storace. Sin duda este hallazgo pone en entredicho la tan famosa animadversión de los dos compositores. Sobre todo de Salieri hacia Mozart. De hecho, el nacimiento de lo que ahora parece una leyenda fue una confesión del propio autor veronés. En 1823, muy anciano, al borde de la muerte y, quizá, con sus facultades mentales ya mermadas, Salieri confesó haber matado a Mozart, envenenándolo por puros celos de su talento innato.