“No tengas miedo, porque el perro puede olerlo”. Todos hemos oído esa frase alguna vez que se nos ha acercado un perro. Normalmente son los dueños los que la profieren, porque conocen bien a su compañero y observan sus reacciones. Pero los demás tendemos a no creerlo, a verlo exagerado. Que un perro puede oler nuestras emociones es quizá llevar las cosas demasiado lejos.

Detectan nuestras emociones

Pues resulta que es cierto. Una vez más la ciencia certifica nuestras impresiones con datos empíricos como refleja New Scientist. En este caso, investigadores de la Universidad Federico II de Nápoles, en Italia. Según su estudio, los perros no solo pueden oler y detectar nuestras emociones, como el miedo, si no que también reaccionan a esas percepciones. Para llegar a estas conclusiones, los investigadores comenzaron por seleccionar un grupo de individuos a los que hicieron ver una serie de vídeos atemorizantes y otros de contenido neutro. Después, recogieron muestras del sudor de ambos grupos.

Se estresan con nuestro miedo

Estas muestras fueron expuestas al olfato de los animales y se comprobaron sus reacciones. Los perros a los que se presentaba el sudor de los que habían pasado miedo mostraban inmediatamente síntomas de estrés. Su pulso se aceleraba, se acercaban más a sus dueño en búsqueda de protección y rehuían el contacto con extraños. Estos resultados demuestran además que el sentido del olfato es mucho más poderoso y relevante en los perros de lo que pensábamos. También, cómo los sentido determinan la forma en la que los estos animales se relacionan con los humanos, especialmente con sus dueños. Y una última derivada. Este estudio demuestra que existe la posibilidad de modificar la conducta de los perros a través de su olfato. Presentando distintos olores en función de la actitud y comportamiento que se quiera obtener de ellos.