Los científicos coinciden, y así lo han expresado científicos de todo el mundo reunidos en Luxemburgo con motivo de la celebración de Día del Asteroide, el 30 de junio: los asteroides más pequeños son los más peligrosos, y por tanto hay que estar más atentos a ellos, para prevenir impactos en la Tierra.

La mayoría de los asteroides orbita en el cinturón entre Júpiter y Marte, conocido como el de los asteroides, pero algunos han entrado en el interior del Sistema Solar y cruzan la órbita terrestre. Son esos los peligrosos, los que, según los expertos, merecen la atención.

Por ello la Agencia Espacial Europea (ESA) solicitará en el Consejo de Ministros de diciembre de 2019 la aprobación de la misión Hera, entre cuyos objetivos estaría supervisar el resultado de una misión previa la NASA, la DART (Prueba de redirección de un asteroide doble), que en octubre de 2022 pretende desviar al asteroide de dos cuerpos Didymos, cuya trayectoria actual le llevaría a pasar ese año a solo 11 millones de kilómetros de la Tierra.

Dos cuerpos forman el sistema binario Didymos: Didymain, de 780 metros de diámetro y el tamaño de una montaña, y Didymoon, una luna de 160 metros, del tamaño de la Gran Pirámide de Giza, que orbita a su alrededor. DART impactará en la luna de Didymos a 1,5 metros del centro, para desacelerar su periodo orbital de 12 horas sólo en 5 minutos, o 0,5 milímetros por segundo, una cantidad muy pequeña pero suficiente para cambiar su velocidad, desviarlo y evitar que alcance la Tierra.

Por su parte, la ESA quiere llegar a ese asteroide cuatro años después, en el 2026, para medir cuánto se ha movido el asteroide, su dinámica física, sus propiedades y realizar imágenes de alta resolución del cráter que generado por DART.

"Un asteroide de 160 metros, como la luna de Didymos, representa una amenaza mayor y crearía daños independientemente de dónde cayera, probablemente en el agua, creando un tsunami. Podría destrozar una ciudad como Madrid o París o una más grande y morirían personas", según la ESA.