El pianista británico Paul Barton decidió en 2011, estando ya retirado, arrastrar su piano al aire libre y ubicarlo en plena naturaleza; en concreto, en un retiro para animales de Kanchanaburi (Tailandia), donde el músico interpreta obras de Beethoven, Chopin y Schubert para un auditorio muy especial: los elefantes de la organización Elephants World, un santuario sin ánimo de lucro que rehabilita paquidermos que previamente han sufrido daños o sobrecargas de trabajo en la industria maderera. Suelen tener una edad ya avanzada, y algunos se han quedado ciegos.

Así, la Madre Naturaleza y algunas de las mejores composiciones de la historia de la música culta se unen para infundir paz a estos animales, en las montañas y junto al río Kwai. Refiriéndose a uno de los elefantes que abren sus grandes orejas a la melodía, y de manera especial a la Sonata "Pathétique" de Beethoven, Barton, de quien partió la iniciativa (él la propuso a la ONG), explica en su canal de Youtube que "Chaichana a menudo se mueve al ritmo de la pieza, casi como si la estuviera bailando". Chaichana fue, durante años, un elefante maderero, cortaba árboles en los bosques tailandeses.

Según ha explicado Barton en My Modern Met, "la idea se me ocurrió un día que estaba tocando el piano en Elephants World. Había cerca, por casualidad, un elefante ciego llamado Plara, desayunando hierba. Al escuchar la música, dejó de comer y permaneció inmóvil durante toda la audición". Plara, que ya falleció, fue solo el primero de los muchos elefantes que han disfrutado del talento de Barton, que incluso ha detectado que algunos de ellos se acercan al instrumento atraídos por el sonido. “Los elefantes son animales emocionales", ha analizado el músico.

Barton ha estado publicando estas experiencias en su canal de YouTube, que tiene más de 300.000 suscriptores, y donde los vídeos que recogen las reacciones de los elefantes ante la música se cuentan por decenas.