Si los bosques son fuentes de oxígeno y vida, se están ahogando. Un estudio en el que han participado científicos españoles del CSIC y del CREAF revela que el tiempo de permanencia del carbono en los bosques terrestres se ha venido reduciendo anualmente en la última década, a un ritmo anual de entre un 0,2% y un 0,3%.

El trabajo, que lidera Kailiang Yu, de la Universidad de Utah (EEUU), lo ha publicado la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), y refleja que los aumentos de temperatura y las sequías aumentan la concentración de CO2 y provocan la mortalidad de la vegetación. Eso es un factor relevante en las proyecciones de cambio climático, porque muestra la capacidad de los sumideros para retener el carbono.

El análisis ha manejado datos de entre 1955 y 2018 de 695 bosques de tres zonas climáticas: tropical, temperada y fría, y los ha comparado con modelos de simulación ESM (del inglés Earth System Model). Las conclusiones plantean que el aumento de CO2 atmosférico está inversamente relacionado con estos tiempos de residencia del carbono en los bosques, que por tanto se reducen a medida que el CO2 atmosférico sigue aumentando.