El objetivo: convertir Roma en una ciudad más sostenible y con menos residuos. La abundante población de la capital italiana y sus atractivo como destino turístico constituye un reto para la gestión de residuos, y este verano la alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi, lanzó + Ricicli + Viaggi, una experiencia piloto en la red de transporte de Roma (Atac) para poner más fácil el reciclaje de plástico.

Así, en tres estaciones del metro romano y durante un año que empezó a contar este verano, los ciudadanos podrán, por medio de la aplicación MyCicero, devolver botellas de plástico a cambio de 5 céntimos, que pueden acumularse y gastarse para la compra de billetes digitales. Con treinta botellas se puede conseguir un viaje en metro o cien minutos en todos los autobuses que permiten hacer trasbordos, que individualmente tienen un precio de 1.50 euros.