Este sábado 5 de marzo es el Día Mundial de la Eficiencia Energética. Un tema que no puede ser de mayor relevancia en un momento en que, desde la industria, debemos hacer frente a los grandes desafíos de la descarbonización y la reducción de emisiones de CO2. Y hacerlo sin perder cuota en mercados cada vez más globales y competitivos, enmarcados en un contexto de clara transformación de nuestra economía.

Más en concreto, para la industria papelera el cambio de paradigma fundamental se halla en la digitalización, que redunda en una menor producción de papel destinado a prensa y cartelería, pero vive --y se prevé que seguirá viviendo en el corto y medio plazo-- un auge imparable en la producción de cartón y otros tipos de productos destinados al embalaje.

Sólo en 2019, es decir antes del extraordinario esplendor del eCommerce durante el confinamiento, se produjeron más de 3,3 millones de toneladas de cartón ondulado en España: es decir, más de la mitad de la producción española de papel y cartón.

 

Industria papelera ©papresa

En el caso concreto de nuestra papelera, otrora totalmente focalizada en el papel para periódicos, estamos hoy inmersos en un plan estratégico basado en la diversificación hacia el papel para packaging.

Pero este plan estratégico, que refleja los apetitos y demandas del mercado, va más allá de una simple reorientación en la línea de negocio y abarca los cambios que afectan a la compleja y densa cadena de valor del sector papelero desde una perspectiva de digitalización del negocio y de compromiso absoluto con los objetivos de desarrollo sostenible.

Economía circular como nuevo paradigma

Como sector electrointensivo y gasintensivo, nuestro rol en la descarbonización de la industria, es la de líderes del proceso. Es nuestro sector el que debe encabezar dicha descarbonización compatibilizando la reducción de nuestras emisiones de CO2 con el crecimiento de la producción y de la facturación.

La respuesta se halla en la economía circular, que ya podemos decir que está fuertemente implementada en el ADN de nuestra industria, como atestigua un dato todavía de 2019: De las, aproximadamente, siete millones de toneladas de papel consumidas en nuestro país en aquel año, más de cinco millones fueron empleadas en producir papel nuevo.

De hecho, cerca del 64% del papel usado en España es recogido para su posterior reciclaje: una tasa de recogida muy elevada, si se compara a la de otros materiales.

Fachada de la industria papelera Papresa

Para seguir con nuestra agenda de descarbonización, es imprescindible que nuestro sector abrace una política energética y una política de infraestructuras logísticas y de transporte enfocada a la mejora de la eficiencia, competitividad y sostenibilidad de la industria.

Y más, teniendo en cuenta que más de la mitad de lo que producimos se destina a mercados exteriores lo que demanda explorar políticas medioambientales de internacionalización y comercio exterior, que faciliten el acceso a los mercados exteriores minimizando el impacto y la huella de carbono de nuestra actividad.

En este sentido, creo que la industria española del papel atraviesa un momento emocionante, lleno de desafíos, perspectivas de un futuro de crecimiento y mejora en la eficiencia y el impacto medioambiental.

 

Miguel Sánchez, CEO y presidente de PAPRESA