No es, ni de lejos, el país con menor tránsito de bicicletas. Sin embargo, el Gobierno holandés quiere aumentarlo, poniéndose el 2040 como fecha en la que cumplir objetivos, y reducir a su vez el uso del automóvil en el país, en 200.000 coches. Está en negociaciones con las empresas para que empiecen a pagar a los empleados 0,19 euros por cada kilómetro diario que hagan en bicicleta para ir al trabajo.

“La bicicleta contribuye de manera importante a la accesibilidad, la habitabilidad y la salud. Reduce los atascos y da cabida a las personas que no tengan otra opción”, ha explicado la secretaria de Estado, Stientje van Veldhoven.

Según cifras oficiales, más de la mitad de los viajes en automóvil en todo el territorio holandés son de trayectos inferiores a 7,5 kilómetros diarios, lo cual, considera la gobernante, es una distancia perfectamente asumible para hacerla en bici. Es un país sin grandes distancias, más de la mitad de los trabajadores vive a menos de quince kilómetros de su lugar de trabajo.

El Gobierno holandés asignó este año 100 millones de euros a la construcción de carriles bici y la construcción de aparcamientos de bicicletas cerca de las estaciones de transporte público.