La vida del ingeniero aeroespacial es dura. Se pasan la existencia diseñando los aparatos más inverosímiles para enviar otros aparatos y personas al espacio y solo se sabe de ellos cuando las cosas van mal. Opacados por los astronautas, solo hablamos de ellos cuando, por ejemplo, se pierde el contacto con un radiotelescopio espacial.

Cuatro días perdido

Es lo que les ha sucedido a los ingenieros de la agencia espacial rusa. El radiotelescopio Spektr-R ha dejado de comunicarse con la Tierra. Roscosmos, que es cómo se llama el departamento aeroespacial ruso, ha perdido el ingenio en el espacio.

Desde hace cuatro días, los ingenieros no han parado de intentarlo. Volver a comunicarse con Spektr-R es urgente porque mientras no hay posibilidad de monitorizar su poción y trayectoria, cualquier sabe qué derroteros habrá tomado.

Al menos los expertos sí pueden analizar los datos que el telescopio sigue enviando con puntualidad. Las transmisiones desde el espacio al centro de control no han sufrido problemas. Pero la vía en sentido opuesto está cortada y Spektr-R ignora lo que le ordenan desde la Tierra.

En la reserva


Como es bien sabido, cuando es posible, los aparatos que se envían al espacio tienen todos los sistemas por duplicado. Así, cuando falla en principal, entra en funcionamiento en de reserva. Y así ha ocurrido en esta ocasión. Solo que hace mucho tiempo. 

El sistema principal falló y empezó a funcionar el de reserva. Hasta esta semana. De este modo, no hay forma alternativa de conectar con el telescopio. Y si ninguno de los dos sistemas vuelve a func