Hace unas semanas, Novak Djokovic, el tenista número 1 en el ranking mundial de la ATP, se posicionó, en un encuentro en Facebook, "en contra de la vacunación" obligatoria para prevenir el COVID-19, y añadió que si la competición se reanuda en los próximos meses y alguien lo "fuerza" a vacunarse para poder viajar, tendrá que replantearse su vuelta al tenis, aunque días después se declaró abierto a analizar la cuestión. En el extremo opuesto, la tenista Amelie Mauresmo afirmó en Twitter que no se debe retomar la competición hasta que no se halle una vacuna.

Está bastante fuera de duda la influencia que pueden tener personajes con la popularidad de Djokovic como ejemplos de comportamiento. Ahora, según informa la Agencia SINC, un equipo que lidera la Universidad George Washington (Estados Unidos) “ha mapeado la opinión sobre las vacunas que casi 100 millones de personas han expresado a través de Facebook”. Los resultados se han publicado en la revista Nature, y en ellos, los científicos han concluido que los movimientos contra la vacunación en Facebook “son más influyentes que los grupos a favor”.

El objetivo de la investigación era “analizar cómo la desconfianza en la inmunización puede evolucionar en las comunidades virtuales”. Para ello, el estudio examinó las páginas en esta red social porque, “a diferencia de Twitter, en la que se centran muchos académicos por sus datos de libre acceso, en Facebook las comunidades se desarrollan, nutren narrativas en profundidad e intercambian ideas y material sin ninguna limitación de longitud”, expresa a SINC Neil Johnson, investigador de la universidad estadounidense y uno de los autores del trabajo.

El trabajo recopila los grupos de Facebook que hablan sobre vacunas en todos los idiomas y países, y los clasifica como indecisos, pro y antivacunación. “Luego analizamos los clúster a los que estas páginas se conectaban, es decir, las interacciones y enlaces que se hacían a nivel de toda la página. No miramos información individual”, explica Johnson.

La investigación advierte de una red mundial compleja y en crecimiento que desconfía de las vacunas"

El tamaño de cada clúster se determinó por el número de fans de una página en particular. Los resultados mostraron que, aunque las páginas antivacunas son una minoría, están posicionadas en el centro de la red, lo que significa que tienen muchas interacciones y están muy relacionados con los grupos con opiniones neutrales. Por el contrario, los grupos a favor de la inmunización aparecieron en la periferia del mapa.

Así, según el pronóstico de los autores, los grupos en contra de las vacunas pueden llegar con mayor facilidad a los grupos neutrales, e influir en su opinión. Además, a partir de este marco teórico, se ha reproducido el crecimiento de este movimiento y se predice que podría ser la visión dominante en apenas una década.

En suma, la investigación advierte de una red mundial compleja y en crecimiento que desconfía de las vacunas. “Esto no solo amenaza el aumento de enfermedades como el sarampión, sino también de la COVID-19”, dice Johnson.