Cuando hablamos de robots inmediatamente nos imaginamos un cacharro en plan R2D2. No pensamos en robots muchísimo más pequeños que un cabello humano. Nanorobots fabricados para ser introducidos en nuestro torrente sanguíneo y curar enfermedades.

Caballo de Troya

En esta caso, tumores. Científicos chinos están en fase de test de un nanorobot del tamaño de 1/4.000 partes de un cabello humano. El fundamento es atacar las conexiones de los vasos sanguíneos que irrigan y alimentan los tumores, según han declarado los responsables del trabajo, investigadores del Centro Nacional de Nanociencia y Tecnología chino. 

Dado que el oxígeno, la sangre y la energía se transmite a los tumores a través de esos vasos sanguíneos, los científicos han creado lo que denominan caballo de Troya. El sistema es complejo, pero según sus creadores se parece mucho a la papiroflexia. A través de proteínas se pliegan cadenas de ADN que unidas a moléculas de trombina se activan al llegar al tumor.

Bloquear vasos

Una vez activados con el ADN del tumor, el nanorobot libera las moléculas de trombina, esta enzima actúa como reclamo de las plaquetas y el fibrógeno que formará un gran trombo en el vaso sanguíneo que está alimentando el tumor. De este modo se aísla el tumor, que termina muriendo por falta de alimentación. Una vez realizado su trabajo, el nanorobot puede eliminarse sin problema.

De momento, el empleo de estos caballos de Troya para combatir tumores solo se ha experimentado en ratones. En un primer estudio, en roedores con melanoma. En tres de ellos, el sistema funcionó a la perfección, eliminando el cáncer y evitando la metástasis. 

Después se amplió a otros ratones con otros tipos de cáncer, y en estos casos la tasa de éxito se incrementó considerablemente.