¿Nos mintieron? ¿Todo fue un montaje de dimensiones galácticas? La Agencia Efe ha publicado un texto, firmado por Carmen Rodríguez Madrid, donde expertos en la materia aportan datos para que nos olvidemos de eso de que el hombre no fue nunca a la Luna, y todo fue un embuste urdido con el apoyo de Kubrick.

Los argumentos negacionistas empezaron a propagarse en el libro del estadounidense William Kaysing Nunca fuimos a la Luna (1976), y en estos 43 años aún hay quien les concede credibilidad. Por su parte, el director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), Jan Wörner, ha afirmado a la Agencia Efe que una vez, en una conversación privada con un administrador de la Nasa le dijo: "Mira, estamos los dos solos en una habitación. Me puedes contar si habéis estado en la Luna y me dijo: 'Sí, Jan, sencillamente porque hacer un montaje de todo esto sería muchísimo más caro".

Por su parte, el historiador y editor español Ricardo Artola, autor de La carrera espacial: Del Sputnik al Apollo 11, considera que "el argumento más potente contra los negacionistas" es que, en plena Guerra Fría, si los soviéticos hubieran tenido "algo a lo que agarrarse" para acusar a Estados Unidos de un montaje lo habrían hecho, pero "en ningún momento lo cuestionaron".

El ex astronauta español y ministro en funciones de Ciencia, Pedro Duque, se refiere al argumento de que en la Luna, donde las temperaturas llegan a 120 grados centígrados, Neil Armstrong y Buzz Aldrin habrían muerto por el calor. El aterrizaje se produjo al amanecer, cuando no alcanzaban esas temperaturas, explica Duque y además "lo único que puede estar a 120 grados es la primera capa de arena", por lo que bastaba "con un buen aislamiento en la suela de las botas".

"Los trajes espaciales, si les da el sol durante mucho tiempo, pueden calentarse por fuera, pero para eso están llenos de capas de aislamiento; está todo pensado", indica Duque, que ha estado dos veces en el espacio: La primera en el transbordador Discovery (1988) y después en la Estación Espacial Internacional (2003).

El astrofotógrafo Rogelio Bernal explica por qué en las fotografías tomadas por los astronautas no se ven estrellas en el cielo, lo que, para los negacionistas, se debe a que la NASA se olvidó de ponerlas mientras rodaban en algún estudio secreto. Según ha indicado Bernal a la Agencia Efe, las fotos "se realizaron sobre una superficie de la Luna muy brillante (le está dando directamente la luz del sol), y consecuentemente, son tomas de muy corta exposición. Es lo mismo que si haces una foto de muy corta exposición del cielo por la noche -no se verían las estrellas-. De hecho, si esas fotos mostrasen estrellas es cuando uno podría sospechar, cuanto menos, de montaje".

El astrónomo del Observatorio Europeo Austral (ESO), Fernando Comerón, refuta que la radiación de los cinturones Van Allen, que rodean la Tierra y por los que el Apolo 11 tuvo que pasar en su camino a la Luna, habría matado a los astronautas. "En la época de las misiones Apolo, tanto la geometría como la intensidad de la radiación en los cinturones de Van Allen se habían medido ya por parte de satélites con la suficiente precisión como para evaluar con fiabilidad su impacto sobre las misiones tripuladas".