Si como trabajadores cada vez somos más multitask, hace mucho que en nuestra vida cotidiana somos, como mínimo, dual task: caminamos y hablamos por teléfono simultáneamente, cocinamos y escuchamos la radio… Continuamente combinamos, así las áreas visuales de nuestro cerebro con las áreas de memoria y las de toma de decisiones.

Ha estado en discusión si es bueno dispersarse con varias tareas a la vez, pero sí parece nuestro cerebro es capaz de aprender a base de repetición y experiencia, y entrenarse en tareas duales permite a nuestro cerebro estar más preparado para afrontar lo que se encuentre. Es sano, además, para prepararse para los últimos años de vida, porque conforme nuestro cerebro envejece, pierde capacidad para enfrentarse a las tareas duales: gran parte de las caídas en personas mayores ocurren mientras estaban realizando varias actividades al mismo tiempo.

Así, el entrenamiento puede prevenir las caídas, la retracción social (socializar nos exige, por ejemplo, conversar al mismo tiempo que caminamos) y reduce el sentimiento de pérdida de capacidades.

El cerebro consigue duplicar su capacidad gracias a una estructura simétrica localizada en el centro del cerebro, llamada tálamo. Es del tamaño de dos nueces unidas, y recibe toda la información procedente de los sentidos, excepto del olfato. Su misión es seleccionar lo realmente relevante para enviarlo a la corteza cerebral, donde se procesa de forma consciente y se emite una respuesta, basándose en nuestros intereses en cada momento.