España es el segundo país que más plástico vierte al Mediterráneo, solo por detrás de Turquía, y es el cuarto de la Unión Europea que más plástico consume. Lo publicó la ONG WWF en el informe Una trampa del plástico. Liberando de plástico el Mediterráneo el pasado viernes, con motivo del Día Mundial de los Océanos, denunciando también que el Mediterráneo puede convertirse en una "trampa de plástico" para la biodiversidad y para la salud humana, ya que se están observando niveles récord de contaminación por microplásticos.

De acuerdo a los datos del informe, el 95 por ciento de los residuos que flotan en el Mediterráneo y que acaban en las playas son plásticos, y la mayor parte de este plástico que termina en el mar procede de Turquía y España seguidos por Italia, Egipo y Francia, un grupo de países donde el turismo provoca un aumento de la basura marina de un 40 por ciento cada verano.

Los trozos grandes de plástico, detalla la ONG, dañan, asfixian e incluso matan a los animales marinos, incluyendo especies amenazadas y protegidas, como las tortugas marinas y las focas monje. Aunque son los microplásticos, fragmentos más pequeños, los que han alcanzado niveles récord de concentración: 1,25 millones de fragmentos por kilómetro en el mar Mediterráneo, un nivel casi cuatro veces superior al de la "isla de plástico", en el Océano Pacífico. Estos microplásticos entran en la cadena alimentaria, y amenazan a un elevado número de especies animales, incluido el ser humano.

El informe reclama la necesidad de revisar el uso excesivo de plásticos, la “pésima” gestión de los residuos y el turismo de masas en el Mediterráneo, una de las regiones más visitadas del mundo. Expone una hoja de ruta con las acciones urgentes que instituciones, empresas y ciudadanos han de poner en marcha para evitar la llegada masiva de plásticos al mar. Las propuestas de WWF para gobiernos, empresas e individuos con motivo del Día Mundial de los Océanos pasan por adoptar un acuerdo internacional y legalmente vinculante para eliminar el vertido de plásticos a los océanos, que esté apoyado por fuertes objetivos nacionales para alcanzar el 100% de plásticos reciclados y reutilizables para 2030 y por prohibiciones nacionales a los plásticos de un solo uso, como las bolsas.