Ciertos fenómenos biológicos ocurren rítmicamente alrededor de la misma hora, como por ejemplo, el sueño, la vigilia o las comidas. Es el período circadiano. Su ruptura, llamada disrupción circadiana, sería más perjudicial de lo que se puede suponer en un primer momento.
Se sabía que la actividad física regular podía reducir drásticamente el riesgo de cáncer. Lo que se ha comprobado ahora, gracias a un estudio coordinado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), impulsado por la Fundación La Caixa, junto con el Departamento de Epidemiología de la University of Vienna, es que cuando la actividad física se realiza por la mañana, el efecto es aún más beneficioso.

Según estudios recientes, la exposición a la luz por la noche o cenar tarde podían aumentar el riesgo de cáncer. Pero nada se sabía sobre cómo afectaba el horario de la actividad física a ese riesgo.

Para dilucidarlo, el equipo científico analizó el efecto que provocaba sobre el riesgo de cáncer de próstata y mama la elección del horario para realizar esa actividad. Se partió de la hipótesis de que el efecto positivo de la actividad física se potenciaba si se realizaba por la mañana, teniendo en cuenta que si se realizaba por la tarde o por la noche, se podía retrasar la producción de melatonina. La melatonina es una hormona que se produce principalmente por la noche y tiene conocidas propiedades anticancerígenas. El resultado del análisis concluyó que los beneficios de la actividad física para reducir el riesgo de cáncer de mama y de próstata era más fuerte cuando la actividad se realizaba por las mañanas, concretamente de 8:00 a 10:00. 

El cronotipo es la predisposición natural de cada persona a experimentar picos de energía o descanso, según la hora del día. Es diferente en cada uno de nosotros. La actividad temprana, siempre según el análisis, parece especialmente protectora para los cronotipos tardíos, es decir, los que prefieren estar activos durante la noche.

El investigador y director científico de la distinción Severo Ochoa en ISGlobal, Manolis Kogevinas, coordinador del estudio, que fue publicado por la International Journal of Cancer, afirmó que “la hora del día en la que se realiza la actividad física es un aspecto importante que puede potenciar su efecto protector sobre el riesgo de cáncer”. Añadió que “lo que está claro es que todo el mundo puede reducir su riesgo de cáncer simplemente haciendo una actividad física moderada durante al menos 150 minutos a la semana”.