El cineasta Pedro Almodóvar recibía este sábado el Premio Audi de Honor durante la gala de entrega de los Premios Feroz 2023, celebrado en el Auditorio de Zaragoza. Una distinción que el veterano director dedicaba al personal sanitario “ante la barbarie que se está llevando a cabo" en la Comunidad de Madrid.

En concreto, en un discurso muy reivindicativo, Almodóvar dedicaba una gran parte de él a pedir “un fuerte aplauso” para “animar a los sanitarios que lucharon para proteger nuestras vidas durante la pandemia exponiendo la suya propia”. “A ver si llega a la Puerta de Sol de Madrid”, añadía, claramente en alusión a la presidenta de la región, Isabel Díaz Ayuso.

“Ante la barbarie que se está llevando a cabo en la comunidad donde vivo, este colectivo lo está pasando muy mal”, subrayaba Almodóvar. “Su vocación [la de los sanitarios] es curar y en muchas ocasiones no pueden hacerlo por la situación de caos y precariedad en la que viven los servicios de Asistencia Primaria”, lamentaba, explicando que este desconcierto “repercute naturalmente en las urgencias hospitalarias y pone a nuestro sistema de salud al borde del colapso”.

“Los problemas de salud de los españoles”, seguía reflexionando Almodóvar, “nos afectan a todos, independientemente de que algunos tengamos la posibilidad de acudir a la sanidad privada”. “Por los sanitarios a los que aplaudíamos a las ocho de la tarde durante la pandemia. A ellos va dedicado este aplauso de apoyo a sus reivindicaciones, de empatía y comprensión de la situación espantosa que están viviendo, porque pone en peligro uno de los pilares de nuestra sociedad de bienestar: el sistema público de salud universal y gratuito”, sentenciaba.

“El cine ha fagocitado por entero mi vida”

Ante de este reivindicativo mensaje en favor de la sanidad pública, el director castellano manchego protagonizaba un momento muy emotivo al no poder disimular su emoción después de que los organizadores de los Premios pusieran imágenes de su madre: “Muchísimas gracias, es demasiada emoción, estaba muy seguro antes de subir arriba, pero en el momento de ver esa imagen me he venido absolutamente abajo”.

"Mi vida y mi filmografía han estado muy marcadas por algunos acontecimientos, como haber tenido una madre manchega que me ha transmitido una cultura rural y muy universal, la falta de prejuicio", reconocía el veterano cineasta, señalando que "a pesar de la oscuridad en que vivíamos la lucha diaria por sobrevivir no estaba reñida con el humor".

De esta manera, explicaba que le ha marcado "mucho" el hecho de ser "forastero" en una ciudad como Madrid: "Yo también me vine del pueblo en busca, simplemente, de hacer mi vida y Madrid y su devenir durante los últimos 45 años me ha acompañado en todas mis películas", comentaba, recordando la etapa de 1977 a 1985, cuando "todo era posible en Madrid". También "fue motivo de dolor y de gran inspiración haber tenido un novio adicto".

Además, subrayaba que “la pésima educación" que recibió en los internados en los que estudió el bachillerato le convirtió en "analfabeto y ateo” y que el cine ha “fagocitado” su vida “por entero”, explicando que los rodajes le quitan "los dolores" y que se ha hecho "adicto a la adrenalina como una reportera de guerra".

"Le he sacado partido al hecho de ir al cine. He soñado, me he excitado, ha llenado mi vida cuando salía de las salas, muchas veces es la mejor terapia y el mejor espejo de mi futuro", recalcaba. "Me emocionaba con los problemas de Natalie Wood, me identificaba con la hermana putón de Warren Beaty; desde mi pubertad reconocía que si para vivir con la libertad de ese personaje tenía que convertirme en un marginado, pues bienvenida sea la marginación. La vida me ha tratado mucho mejor que al personaje de la hermana de Beaty", sentenciaba.