El cuerpo sin vida de Francisco Franco será reinhumado junto a su mujer Carmen Polo en el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo. La exhumación será una realidad, pero los franquistas se han abrazado a un sinfín de argumentos para evitar lo que ellos tildan de "profanación". 

Algunos incluso aprovecharon el rechazo del periodista Jaime Peñafiel. “Los que han resucitado a Franco para volverlo a enterrar deberían saber que hacerlo en el cementerio de El Pardo, iría contra su voluntad. Y es que la de Franco no era precisamente reposar, después de muerto, junto a su esposa”, expuso Peñafiel en su columna semanal en La Otra Crónica del diario El Mundo.  

En este sentido, Peñafiel escribió:  “Se diga lo que se diga ni a la hora de su muerte quiso verla. Lo cuenta el ilustre doctor Vicente Pozuelo Escudero (Los últimos días de Franco, Planeta 1980) quien le prestó asistencia durante los últimos 476 días de su vida como médico de cabecera”.

Sucedió durante los últimos días del Caudillo cuando, consciente de que se moría, le pidió al doctor Pozuelo "No me deje", unas dramáticas palabras "que nunca podré olvidar". Tampoco el día que entró en la habitación doña Carmen y le pidió a su marido que abriera los ojos y la mirara. Aunque se encontraba totalmente despierto, no quiso abrirlos. "Como me ocupaba en aquellos momentos de tomarle el pulso, noté que se alteraba". Doña Carmen le suplicó de nuevo que abriera los ojos. Que la mirara. Tampoco en esta ocasión lo hizo. Cuando se marchó, entonces los abrió". Esto es lo que se dice ni a la hora de mi muerte. ¿Quieren más ejemplos?.

“Estoy seguro de que si a Franco se le pudiera preguntar si desea que lo entierren de nuevo, en este caso en El Pardo, junto a su esposa, diría, sin duda alguna, "¡¡¡No!!!". Como con el faisán. Respetemos su voluntad”, suplicaba el periodista del diario El Mundo.