El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, se ha pronunciado acerca de las caceroladas contra el Gobierno que hace poco más de una semana comenzaron en el barrio de Salamanca y que en los últimos días se han extendido por diferentes puntos de España.

Tanto las protestas como los grupos parlamentarios que las han apoyado abiertamente en el Congreso-aún sabiendo que no respetaban las medidas de seguridad que derivan del estado de alarma- han encontrado la contundente respuesta del dirigente socialista.

"No me dan miedo las cacerolas, ni las banderas sean las que sean, ni los mensajes de unos u otros en la calle. Sí me da miedo el odio. Y me dan pánico quienes lo alientan", escribía en su cuenta de Twitter, donde añadía:"Ese odio nunca ha conducido a nada bueno. Llega un día y se queda por generaciones".

Vara apelaba así al capítulo más negro de la historia de nuestro país y hacía un ejercicio de memoria hacia quienes, a su parecer, alimentan el enfrentamiento ideológico que durante estos días se ha vuelto a ver reflejado en las calles.