Israel no cesa en su genocidio sobre la población gazatí. Bajo el pretexto de acabar con los miembros de Hamás, los hebreos ya han acabado con la vida de unos 61.000 palestinos en estos casi dos años, de los cuales la mayoría son mujeres y niños. Entre las víctimas también se encuentran un elevado número de periodistas, los únicos capaces de hacer llegar al resto del mundo lo que está ocurriendo en la franja, ya que Israel prohibió desde el inicio la entrada de medios internacionales. Este domingo, el reconocido periodista palestino Anas al Sharifjunto a otros cuatro compañeros de profesión, fallecía en un bombardeo contra una tienda reservada para medios de comunicación en la ciudad de Gaza. El de Al Jazeera había dejado preparado un mensaje de despedida que sus allegados publicaron tras su asesinato.

Al Sharif, de 28 años y natural de Yabalia, perdió la vida junto al otro periodista Mohamed Qreiqeh, los operadores de cámara Ibrahim Zaher y Moamen Aliwa, y Mohamed Nufal, que desempeñaba funciones de conductor para el equipo. Entre las otras dos víctimas se encuentra el periodista Mohammed al Jalidi, de la cadena Al Quds, vinculada a Hamás, según confirmó este medio en X.

"Esta es mi voluntad y mi mensaje final. Si estas palabras llegan a ustedes, sepan que Israel ha logrado matarme y silenciar mi voz. Ante todo, la paz, la misericordia y las bendiciones de Alá sean con ustedes", se podía leer en la cuenta de X de Al Sharif tras conocerse su asesinato. El joven quiso dejar un mensaje póstumo, tal y como se leía al final de la publicación: "Esto es lo que nuestro querido Anas pidió que se publicara en caso de su martirio".

"Alá sabe que puse todo mi esfuerzo y toda mi fuerza para ser un apoyo y una voz para mi pueblo, desde que abrí los ojos a la vida en los callejones y calles del campo de refugiados de Jabalia. Mi esperanza era que Alá prolongara mi vida para que pudiera regresar, junto con mi familia y mis seres queridos, a nuestra ciudad original, la ocupada Ascalón (Al-Majdal). Pero la voluntad de Alá se impuso primero, y su decreto es definitivo", se lee al comienzo del mensaje.

En estas líneas, el periodista no esconde el horror que ha tenido que presenciar a consecuencia de estos dos años de genocidio israelí, horror que ha retransmitido en primera persona como un llamamiento al mundo: "He vivido el dolor en todos sus detalles, he experimentado el sufrimiento y la pérdida muchas veces, y sin embargo, nunca vacilé en transmitir la verdad tal como es, sin distorsión ni falsificación, para que Alá sea testigo contra quienes guardaron silencio, contra quienes aceptaron nuestra muerte, contra quienes quienes nos ahogaron la respiración y cuyos corazones no se conmovieron ante los restos dispersos de nuestros niños y mujeres, sin hacer nada para detener la masacre que nuestro pueblo ha sufrido durante más de un año y medio".

"Te encomiendo Palestina —la joya de la corona del mundo musulmán, el latido de cada persona libre en este mundo—. Te encomiendo a su gente, a sus niños inocentes y oprimidos que nunca tuvieron tiempo de soñar ni de vivir con seguridad y paz. Sus cuerpos puros fueron aplastados bajo miles de toneladas de bombas y misiles israelíes, destrozados y esparcidos contra los muros", comienza enumerando. "Te insto a que no permitan que las cadenas los silencien, ni que las fronteras los limiten. Sean puentes hacia la liberación de la tierra y de su pueblo, hasta que el sol de la dignidad y la libertad se eleve sobre nuestra patria robada", continúa.

Al Sharif recuerda a toda su familia, a la que pide que cuiden uno por uno: "Te confío a mi amada hija Sham, la luz de mis ojos, a quien nunca pude ver crecer como soñaba. Te confío a mi querido hijo Salah, a quien deseaba apoyar y acompañar en la vida hasta que fuera lo suficientemente fuerte como para cargar con mi responsabilidad y continuar la misión. Te confío a mi amada madre, cuyas benditas oraciones me llevaron hasta donde estoy, cuyos ruegos fueron mi fortaleza y cuya luz guió mi camino. Ruego que Alá le conceda fuerza y la recompense en mi nombre con la mejor de las recompensas. También te encomiendo a mi compañera de vida, mi amada esposa, Umm Salah (Bayan), de quien la guerra me separó durante muchos días y meses. Sin embargo, se mantuvo fiel a nuestro vínculo, firme como el tronco de un olivo que no se dobla: paciente, confiada en Alá, y llevando la responsabilidad en mi ausencia con toda su fuerza y fe".

"Te pido que estés junto a ellos, que sean su apoyo después de Alá Todopoderoso. Si muero, muero firme en mis principios. Testifico ante Alá que estoy conforme con su decreto, seguro de encontrarme con él, y convencido de que lo que está con Alá es mejor y eterno. Oh, Alá, acéptame entre los mártires, perdona mis pecados pasados y futuros, y haz de mi sangre una luz que ilumine el camino de la libertad para mi pueblo y mi familia. Perdóname si he fallado, y recen por mí con misericordia, pues mantuve mi promesa y nunca la cambié ni la traicioné", sentencia.

Por último, el periodista pide que lo que le está ocurriendo al pueblo palestino no caiga en el olvido: "No olviden Gaza… y no me olviden en sus sinceras oraciones por perdón y aceptación".

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