El crecimiento de las empresas chinas dedicadas a las nuevas tecnologías se puede considerar imparable en los últimos años. Sin embargo, con un mercado interno inmenso, el quid de la cuestión se encuentra para estas compañías en la apertura de nuevos nichos a través de su implantación real, efectiva y más allá de las ventas online en otros países.

Un ejemplo de esto es Huawei, que además eligió España como punta de lanza hace más de 15 años mediante la fabricación de móviles para algunas operadoras de telefonía. De aquel aterrizaje, al despliegue actual.

Algo similar parece perseguir otro de los gigantes asiáticos. Xiaomi también con presencia independiente en nuestro país desde hace relativamente poco, ha logrado situarse como uno de los grandes fabricantes de smartphones. A ello ha sumado, además, su apuesta por otros productos, en particular por la llamada tecnología ‘ponible’ o wearable.

Pues bien, parece que esta política comercial da sus frutos y de ello presumen sus responsables al destacar, según los datos del informe trimestral Worlwide Quarterly Wearables Tracker, publicado esta semana por la consultora IDC, que se ha situado como la primera compañía de wearables del mundo en términos de pedidos globales (sell in).

Tal y como explica el informe, que analiza los datos del tercer trimestre de 2018, Xiaomi ha registrado un crecimiento interanual del 90,9%, pasando de 3,6 millones de unidades a 6,9 millones pedidas.

Una de las claves de este éxito se encuentra en el lanzamiento de su pulsera deportiva Mi Band 3, el pasado mes de mayo, junto a su expansión en los mercados globales de Europa, India, Oriente Medio y África. Según el mismo análisis la marca china cuenta con la mayor cuota de mercado de wearables a nivel global, situada en un 13,7%.

A modo de ejemplo solo hay que quedarse con un dato: el wearable Mi Band ha registrado más de 50 millones de pedidos en todo el mundo,