El verano siempre es un buen momento para hacer cosas para las que no tienes tiempo el resto del año. Como, por ejemplo, echarte una partidita de ese videojuego clásico que te cautivó cuando tenías 16 años y te robó media juventud.
El verano es perfecto para una partidita a ese videojuego que te robó media juventud
Por eso, hoy te traigo tres propuestas que sé que te van a gustar, las conozcas o no, hayas jugado o no. Porque tienen el sabor y la sencillez de los clásicos. No son muy conocidos, así que puede que te descubra tu próxima obsesión.
Mis dos plataformas favoritas no me dan problemas desde hace una década
Cómo jugarlos
Ya te aviso que yo soy clásico hasta en las plataformas para jugar, así que, puede que haya otras opciones más modernas que funcionen mejor. Pero mis dos favoritas, no me dan problemas desde hace una década, por lo menos.
Según el juego, uso OpenEmu o Mame64. No tengo ninguna preferencia en especial, es solo en la que haya instalado el ROM. Las dos funcionan de maravilla, lo único de lo que te tienes que preocupar es de descargar una buena versión del juego. Pero, en mi experiencia, casi todas lo son.
Kickle Cubicle
Voy a empezar con uno que quizá no conozcas porque, que yo sepa, en España solo estaba disponible en la NES [Nintendo Entertainment System]. Es el Kickle Cubicle y es un verdadero desafío para tu cerebro. Si eres de matar y de juegos de acción, no te va a interesar. Pero, si lo que te gusta es buscar soluciones a rompecabezas, te va a flipar.
Kickle es un personaje que tiene que pasar por distintos niveles para liberar al mundo de la malvada Wicked Queen, que lo ha congelado [puedes ver una pantalla en la imagen de este artículo]. Tienes que ir superando obstáculos y eliminando a enemigos para avanzar en el nivel. Cuando yo lo jugaba en la Nintendo, venía con un librito en el que te podías apuntar una contraseña para recuperar el juego donde lo hubieses dejado, porque con una pantalla puedes estar horas o días.
En apariencia, es tan simple que parece que te vas a aburrir. Las dos primeras pantallas de aprendizaje parecen un poco de risa. Pero cada vez se pone más complicado y te aseguro que te roba la vida. Mis padres solían sentarse delante de la tele para verme jugar y entre los tres tratábamos de hayar la solución.
Es, sin duda, uno de mis tres juegos favoritos y me sorprende que no sea más conocido, la verdad. Si te animas, te aviso que te puede tener horas mirando una pantalla con cara de imbécil [bueno, casi como ahora….].
Phoenix
Otro de mis tres clásicos de arcade favoritos. Es el único juego en el que he sido capaz de poner el récord casi cada vez que me colaba en unos recreativos.
Es el típico juego de “marcianitos”, en el que existen 5 pantallas que prácticamente se repiten, cada vez más rápidos. Su gran atractivo es la nave gigantesca de la quinta pantalla, protegida -además- por otras que la defienden. En función de cuánto la dejes bajar, te da más puntos. Peeeero, si la dejas en un punto determinado, te da 0 puntos.
Ahora te voy a explicar mi truco para hacer siempre el récord. Si en la segunda pantalla del segundo nivel eras capaz de aniquilar tres naves de golpe [en realidad no son naves, con como una especie de aves similares a las de Galaxians], te daba 200.000 puntos y varias vidas.
No era fácil, pero por algún motivo le pillé el tranquillo. Y, aunque soy bastante inútil en todos los videojuegos, con este me ganaba la atención y los elogios de toda la sala de recreativos. Aviso: en muchos roms también funciona este truco.
Qix
El Qix es mi tercera recomendación de hoy. Tampoco es muy famoso, ni es de disparar. Es un poco difícil de explicar. Se trata de “conquistar” más del 50% de la pantalla sin que te maten tus enemigos.
Y estos no son marcianos. Son, unas formas extrañas que se mueven de manera más o menos predecible y unas especies de “mechas de pólvora” que tienes que evitar. Lo sé, no se entiende nada, lo mejor es que lo juegues.
Es extremadamente adictivo, de verdad. Como siempre, la primera pantalla parece fácil, pero poco a poco te vas a ir viciando y vas a querer hacer más porcentaje de superficie. Si te quedas sin trabajo, sin pareja y sin amistades, a mí no me eches la culpa.
