En un momento como el actual en el que las grandes marcas siguen definiendo sus estrategias comerciales para lo que queda de año, se sigue hablando de la desaparición de algunos aparatos y su sustitución por otros. Todo, claro está, responde a los intereses de las multinacionales. Tablet, híbrido, pc, portátil y todas sus variantes se juegan mucho en los próximos meses, si bien las propuestas por parte de las compañías están ya preparadas, o lo que es lo mismo, está todo el pescado vendido.

En esa tesitura tecnológico-comercial se encuentra el portátil, uno de los dispositivos más vendidos en otras campañas y que se ha visto tocado por la aparición de presuntos sustitutos. Sin embargo, su fin -como vaticinan algunos expertos y algunas grandes marcas para vender la moda- parece lejano.

En medio de esta posible incertidumbre, Toshiba España celebró hace unos días el trigésimo aniversario del lanzamiento del primer portátil comercial, el Toshiba T1100, un dispositivo que de alguna manera supuso, como han señalado desde la propia compañía, una “revolución en el mercado informático mundial”.

Y tal vez no les sobren motivos a los responsables de la marca japonesa para tal afirmación. No hay que olvidar que hablamos de 1985 y por aquel entonces, el nuevo T1100 “fue todo un prodigio de ingeniería y un triunfo de la tecnología de miniaturización”. Es imposible olvidar, y quienes ni siquiera hubiesen nacido pueden tirar de hemeroteca, que los pc de mediados de la década de los 80 eran grandes y voluminosos.

Característica 'modernas'
Sin embargo, Toshiba fabricó un aparato “completo y funcional”, y con un rendimiento parecido a aquellos ordenadores de sobremesa. El T1100 medía 30,98 centímetros de ancho, 6,6 de grosor y 30,48 centímetros de largo, pesaba 4,08 kilos y tenía una batería de ácido de plomo de 8 horas de autonomía.

Por lo que respecta a prestaciones, montaba un procesador Intel 80C88 de 8 MHz, sistema operativo MS-DOS, unidad de disco flexible de 3,5 pulgadas de 720 kilobytes de almacenamiento (por primera vez, un PC incluía una disquetera de este tipo) y una memoria interna de 512 kilobytes para cargar el sistema operativo. Además, incluía una funcionalidad que permitía pausar el ordenador entre sesiones, sin necesidad de reiniciar el equipo, y que hoy en día se ha convertido en un estándar de mercado. También disponía de una pantalla LCD de 23,11 cm por 11,9 cm, en blanco y negro, capaz de mostrar textos de manera clara y legible y una resolución de 640x200 píxeles.

El precio de lanzamiento del T1100 superaba los 4.000 euros y, durante su primer año de comercialización, Toshiba vendió un total de 10.000 unidades, la gran mayoría en Europa. “Esto -a juicio de la compañía- supuso la confirmación del interés de las empresas por este tipo de dispositivos y de que el portátil podía convertirse en un producto de consumo masivo”, como después corroboró la historia.

Evolución lógica
Sin duda, este aniversario es importante, tanto para la historia de Toshiba, como para el conjunto del sector. No obstante, para la multinacional nipona sí que supuso un antes y un después e incluso coincidiendo con este cumpleaños aseguran que “un repaso a la evolución tecnológica y a la nueva ola de dispositivos ultraligeros y ultra portátiles que han llegado al mercado durante los últimos años (netbook, tableta, Ultrabooks, híbridos, 2 en 1, desmontables, cloudbook, Chromebook o MiniPCs), demuestra que los mismos valores intrínsecos que motivaron a los ingenieros de Toshiba en 1985, siguen vigentes”. Lo dicho.