Está claro que las máquinas inteligentes están cada vez más presentes en nuestras vidas. A veces las vemos y a veces no, pero nos persiguen por las redes sociales, por las carreteras y en nuestros hogares.
Aunque muchas veces no las veas, las máquinas inteligentes están cada vez más presentes en tu vida
Por eso, la forma en la que nos relacionamos con ellas es cada vez más importante. Y el panorama tecnológico está a punto de experimentar avances transformadores que cambiarán radicalmente nuestro mundo en los próximos años, como señala el informe de la consultora Globant, 5 tendencias para el 2025 y los años siguientes. Este estudio anticipa una transformación tecnológica profunda que redefinirá nuestra interacción con el mundo digital y entre nosotros.
Por eso, hoy he querido traerte las tendencias que van a cambiar nuestra forma de relacionarnos con las máquinas y, en realidad, de vivir.
La tecnología será más intuitiva, empática y omnipresente
Cómo va a ser la tecnología
Nos encontramos en el umbral de una era en la que las tecnologías inmersivas no solo mejorarán nuestras capacidades, sino que se integrarán tan profundamente en nuestro día a día que la frontera entre lo físico y lo digital se difuminará, lo que redefinirá la interacción humana con el entorno cotidiano, según Globant.
Pero no solo eso. Nos acercamos a un "punto de inflexión" en el que la tecnología será "más intuitiva, empática y omnipresente". En especial, la inteligencia artificial [IA]. Según el Stanford Institute for Human-Centered AI [instituto Stanford para la IA centrada en el ser humano], que ha elaborado el AI Index Report 2025 [informe sobre el índice de Ia 2025], esta tecnología ha pasado de ser una herramienta puramente analítica a convertirse en sistemas que actúan, se desplazan, manipulan y toman decisiones en el entorno físico, lo que la convierte en un actor del mundo real1.
La fusión de mundos
La búsqueda de una interacción más natural entre humanos y tecnología ha llevado a "fusionar el mundo virtual con el real", según Globant. El objetivo es que la tecnología se integre en el entorno de forma tan "transparente" o "imperceptible" que nos permita centrarnos en lo que queremos hacer, no en cómo hacerlo.
Las "experiencias invisibles" son "interacciones sin fricciones con la tecnología que anticipan sin esfuerzo lo que necesitan los usuarios y les proporcionan directamente la ayuda necesaria". La IA dejará de ser una herramienta para convertirse en una "fuerza invisible y omnipresente entrelazada en nuestra propia existencia".
Humanos sintéticos
La línea entre la ficción y la realidad en la interacción digital se borrará con la emergencia de los humanos sintéticos. Estas "entidades impulsadas por IA que se asemejan a los humanos en apariencia, personalidad, comportamiento e inteligencia" están experimentando un "crecimiento exponencial".
Pueden ser "personalizados con más de 100 rasgos" y poseer "memoria a largo plazo, visión y audición". Estos humanos sintéticos "revolucionarán el servicio al cliente con interacciones ultrapersonalizadas basadas en comportamientos y preferencias anteriores".
A diferencia de los chatbots tradicionales, emularán "emociones y empatía humanas para crear una experiencia de cliente más atractiva y digna de confianza". Son también "ideales para realizar simulaciones realistas para entrenar a los usuarios en atención al cliente, gestión de crisis y entrevistas", porque ofrecen un "entorno de aprendizaje seguro, basado en el feedback y sin intervención humana".
Robótica y agentes de IA
La IA está impulsando un cambio hacia sistemas más sofisticados y autosuficientes, especialmente con los sistemas de agentes. Mientras que los grandes modelos lingüísticos (LLM) actúan como "un experto solitario" que depende de instrucciones [prompts] y de intervención continua, este tipo de soluciones pueden "emular en cierto modo un entorno colaborativo en el que varios agentes especializados trabajan en conjunto".
Esta forma de coordinarse transforma la resolución de problemas y el desarrollo de sistemas, desde la recopilación de requisitos hasta el mantenimiento del software. Según Gartner, en 2028, "un tercio de las interacciones con IA generativa implicarán modelos de acción y agentes autónomos, capaces de completar tareas sin intervención humana constante".
La IA está dotando a los robots de mayor precisión para tomar decisiones independientes. Se prevé que, para 2026, "más del 30% de los robots inteligentes alcanzarán el nivel 3 de inteligencia [un alto grado de autonomía y capacidad cognitiva], frente a menos del 2% en 2022".
Neurotecnologías
Las neurotecnologías y los interfaces cerebro-máquina [BCI por sus siglas en inglés] están abriendo una nueva era de interacción humano-máquina y humano-máquina-humano. Estas herramientas permiten "monitorizar o modificar el funcionamiento cerebral" y descifran la intención del usuario a través de señales eléctricas neuronales para controlar prótesis, programas de comunicación o sistemas robóticos.
Los avances en neurotecnología y IA están permitiendo a las máquinas "leer nuestros impulsos mentales, procesarlos, interpretarlos y manipularlos, lo que supone alterar, incluso nuestro concepto de ser humano".
Empresas como Neuralink ya están probando implantes cerebrales en humanos para controlar dispositivos y diseñar objetos 3D. En el futuro, se busca que estos interfaces sean menos invasivas, con el uso de "sensores cuánticos para mejorar la integración entre tecnología y cognición humana sin necesidad de intervención quirúrgica".
También se explora la "posibilidad de comunicación telepática" al entender y traducir diálogos internos y compartir emociones directamente. Pero este tipo de avances suponen un reto también en el plano de las libertades de las personas. La protección de la privacidad mental y la autonomía cognitiva son derechos humanos que podrían estar en peligro. El país que marca el camino es Chile, que ha sido pionero en la presentación de iniciativas legislativas para proteger la integridad y privacidad mental frente a las neurotecnologías.