El control de lo que soñamos, como parte de la propia existencia del ser humano, es un tema recurrente para el cine, en especial para género de la ciencia ficción. Quizás, como en muchos otros casos, debido a que siempre ha sido una aspiración el poder fiscalizar ese momento del día.
El sueño se divide en varios momentos, con diferentes niveles siendo el de consciencia o vigilia (aquel en que se encuentran activas las funciones neurocognitivas superiores, siendo este estado el que determina la percepción y el conocimiento del estado psíquico individual y del mundo que nos rodea) el previo que, prolongándose apenas unos minutos, da paso al sueño propiamente dicho.
En realidad se trata de un instante de algo similar a la semi vigilia. Y es en este punto en el que se centra el estudio que llevan a cabo en el prestigioso MIT Media Lab con la dirección de Adam Horowitz. Bajo la denominación de Dormio, este grupo ha preparado un sencillo dispositivo tecnológico basado en un hardware y software de “código abierto personalizado diseñado específicamente para Hipnagogia, eludiendo la necesidad de tecnologías de seguimiento del sueño tradicionales engorrosas y prohibitivas en términos de costos”, tal y como explican en la web del centro académico.
Hipnagogia
Ese instante, hipnagogia, es el crucial para poder influir en los sueños de una persona y se refiere a una situación de tránsito entre la vigilia y el sueño, es decir, en las primeras fases de este último.
Los investigadores que trabajan en este proyecto aseguran que con Dormio, “podemos influir, extraer información y extender micro sueños hipnagógicos por primera vez”. En este sentido, continúan, “descubrimos que todos nuestros sujetos soñaban con temas elegidos por los experimentadores antes del sueño subjetivo y que el uso activo de la hipnagogia con el sistema Dormio puede aumentar la creatividad humana medida por la flexibilidad, la fluidez, la elaboración y la originalidad del pensamiento”. Casi nada.
El dispositivo creado en el MIT, que se encuentra en una etapa todavía experimental, puede abrir un campo más que interesante y controvertido sobre la posibilidad de manipular los sueños o, dicho de otra manera, de controlar nuestros pensamientos en esa fase.
Capacidad creativa
Los especialistas en la materia señalan que ese momento que se halla entre el empezar a dormir y conciliar definitivamente el sueño, tasado en un intervalo entre 2 y 10 minutos, es cuando la capacidad creativa es más intensa o, según sus palabras, la que “se caracteriza por la imprevisibilidad fenomenológica, la percepción distorsionada del espacio y el tiempo, la pérdida del sentido del yo y la asociación espontánea y fluida de ideas”.
En este sentido, recuerdan que ya Edison, Tesla, Poe o Dalí para alcanzar ese estado, se sirvieron de la siesta con una bola de acero en la mano, “capturando ideas creativas” generadas en ese estado hipnagógico.
Ahora, con Dormio se moderniza esta técnica, utilizando “un sistema de seguimiento de la etapa de reposo, las únicas capacidades interactivas y corporales de los robots sociales y la retroalimentación auditiva en las transiciones de la etapa de sueño”.
Sin duda alguna, el salto es muy importante y, más allá de la controversia, supondría un primer paso para esa posibilidad de cine futurista de controlar lo que soñamos en ese instante creativo. No obsstante, quizás lo que es más destacado es poder recordarlo sin olvidar otras utilidades y las diferentes opciones que presenta esta tecnología.