La bola de nieve en que se ha convertido el escándalo de la filtración de datos de Facebook no para de crecer y de salpicar a terceras empresas. La última que se ha visto metida en este embrollo es Huawei, compañía china que mantiene unos lazos especialmente estrechos con España, no en vano, en varias ocasiones desde su dirección siempre se ha asegurado que nuestro país es la plataforma de la marca hacia el continente europeo y Latinoamérica.

Ahora, las acusaciones llegan desde EEUU. Allí, desde la conocida red social se ha admitido que ese trasvase de datos de sus usuarios tanto a Huawei, como a otras tres compañías importantes: Lenovo, OPPO y TCL.

En concreto, se trató, según recogen medios estadounidenses, de una acceso especial a esos datos, a los que llegaron a través de acuerdos entre Facebook y estos fabricantes chinos con el objetivo de facilitar a los usuarios el acceso a los servicios de la plataforma.

En este sentido, la compañía de Silicon Valley defendió que esos acuerdos estuvieron "controlados desde el principio" y que aprobó las experiencias resultantes.

Del mismo modo, aseguró que Huawei no almacenó en sus servidores los datos de los usuarios, sino que los utilizó solo para los dispositivos.

Sin embargo, en el caso de Huawei llueve sobre mojado, porque desde hace algún tiempo congresistas y funcionarios de seguridad nacional estadounidenses alertan de la posibilidad que el Gobierno de China tenga acceso a los servidores de la compañía.

Pero no es el único supuesto, como lo demuestra el hecho de que el Pentágono prohibió el mes pasado la venta de teléfonos de esta marca y de ZTE en sus instalaciones, por considerar que su uso supone "un riesgo inaceptable" ante la sospecha de que participan en labores de espionaje para Pekín.

La admisión de estos acuerdos entre Facebook y los fabricantes chinos se produce en un momento delicado para la red social, salpicada por diversos escándalos de privacidad.

El último estalló en marzo con Cambridge Analytica, empresa que utilizó datos de Facebook para elaborar perfiles psicológicos de votantes que supuestamente vendieron, entre otros, a la campaña del ahora presidente, Donald Trump, durante las elecciones de 2016.

Este escándalo ha llevado al fundador de la red social a comparecer ante los parlamentos de EEUU y la UE, entre otros.