“Las tecnologías de automatización anteriores -como los robots y las tecnologías de la información- sirvieron principalmente como complemento a los trabajadores de alta cualificación, a la vez que reducían el empleo en ocupaciones con tareas principalmente rutinarias, como operadores de maquinaria y asistentes administrativos. Sin embargo, la inteligencia artificial generativa [IAGen] tiene el potencial de impactar también en profesiones con tareas no rutinarias, como profesores o diseñadores”.

Con esta previsión, Laura Nurski y Nina Ruer, investigadoras de Bruegel, llaman la atención sobre el impacto que esta tecnología puede tener en el mercado laboral europeo.

La IAGen beneficiará a personas con niveles bajos o medios de experiencia y capacitación

Así afectará la IAGen

Sus conclusiones señalan que estas nuevas herramientas “pueden incrementar la productividad en análisis complejo, tareas no rutinarias -como escribir, codificar, atención al cliente, ideación e investigación-; sin embargo, sus beneficios favorecen principalmente a las personas con niveles bajos o medios de experiencia, habilidad o productividad”.

Por eso, “las implicaciones para la desigualdad económica dependerán de cuándo y bajo qué condiciones es probable que estas tecnologías automaticen tareas, frente a cómo pueden generar nuevos tipos de trabajo”.

El lanzamiento de ChatGPT cambió las reglas del juego

Cambio de escenario

Según su estudio, Exposición de la IAGen en el mercado laboral europeo, que acaban de publicar, hasta 2021 la tasa de adpoción de esta tecnología en Europa rondaba el 8%.

Sin embargo, “cuando OpenAI lanzó su chatbot ChatGPT a finales de 2022, todo un nuevo tipo de IA lista para utilizar se puso a disposición del público: modelos preentrenados con los que los usuarios podían interactuar directamente”.

Las mujeres, en promedio, tienen un mayor nivel de exposición a la IA

Por género, edad y preparación

La investigación apunta a que “las mujeres, en promedio, tienen un mayor nivel de exposición a la IA”, porque estas tecnologías “se encuentran más comúnmente en trabajos realizados por ellas”.

Esa mayor exposición también se registra entre las personas de 25 a 44 años. “Eso significa que quienes están en este grupo, están representados desproporcionadamente en ocupaciones que están más expuestas a la IAGen”.

Estas tecnologías también tienen mayor impacto en personas con un mayor nivel educativo. Esto supone un cambio radical, porque hasta el momento, todas las teorías apuntaban a que las nuevas herramientas impulsaban de forma desproporcionada la productividad de este grupo de población; y provocaba que sus conocimientos y habilidades fuesen cada vez más demandados.

Sin embargo, el fenómeno actual hace que se haya puesto en duda esta visión de la evolución del mercado laboral: “La automatización de tareas no rutinarias, típicamente llevadas a cabo por trabajadores de alta cualificación, introduce una nueva dimensión en la teoría”.

Teletrabajo

El impacto de estas innovaciones también será mayor para quienes residen en áreas urbanas y tengan mayor nivel de teletrabajo. Según las autoras, “las ciudades son núcleos de innovación y sectores tecnológicos, lo que puede suponer una mayor exposición a la IAGen en ocupaciones urbanas”.

Además, “las personas que trabajan principalmente desde casa pueden utilizar la tecnología con mayor asiduidad. La IAGen, que a menudo implica el procesamiento de lenguaje o imágenes, podría integrarse más en escenarios de trabajo remoto, lo que generaría una mayor exposición”.

Sin embargo, aseguran que “estas explicaciones son especulativas y se beneficiarían de un análisis más profundo en sectores, profesiones y contextos tecnológicos específicos”.

Sus datos también señalan que “el teletrabajo se produce más en ciudades que en zonas rurales”. Además, “incluso aunque los trabajos digitales pueden ser realizados en localizaciones con menores costes [zonas rurales], son realizados principalmente por trabajadores de grandes ciudades”.

Su explicación es que “los trabajos que no tienen opción de ser realizados en remoto son principalmente manuales, a menudo en sectores como la fabricación, que generalmente opera fuera de las áreas urbanas”.

El futuro

Sus previsiones apuntan a que “en una misma ocupación, los trabajadores con menos experiencia o cualificación obtendrán los mayores beneficios de la IAGen”.

Tareas para las que hasta ahora era preciso contar con una formación mayor, como escribir, codificar o generar imágenes, “serán más accesibles para un grupo mayor de personas con menor capacitación o menor experiencia”.

Y, por otro lado, esos trabajadores más cualificados “no podrán ya exigir mejores condiciones contractuales, en comparación con sus colegas más jóvenes; y terminarán en trabajos más precarios y peor pagados que los que tenían antes”.

Una situación que ya se está produciendo en la actualidad: “El empeoramiento de las condiciones del mercado laboral para algunos de estos grupos ya es visible en algunos estudios que se centran en los trabajadores por cuenta propia creativos, especializados en generación de texto o imágenes, que son los primeros en sufrir los efectos de la reducción de la demanda de sus servicios”.