Esther Molina es cofundadora, junto a Carmen Hidalgo, y actual presidenta de Female Startup Leaders, una asociación de fundadoras de startups del ámbito hispano.

Hemos hablado con ella para que nos cuente cómo está el emprendimiento en el ámbito hispano. Y no solo femenino, un detalle en el que hace hincapié y que se pone de manifiesto en el propio logo de la asociación, en el que “Female” aparece tachado.

Las emprendedoras normalmente se juegan su patrimonio personal

Visibilizar a las emprendedoras

La  junta directiva de la asociación es una buena representación del ecosistema de la innovación, sobre todo femenina,  en nuestro país, “con proyectos muy consolidados, sostenibles en el tiempo y con ese punto innovador que siempre pedimos”, según nos explica.

El objetivo es “visibilizar a esta figura, este perfil de fundadora de su propia empresa, que no tiene relación, pero no es exactamente como otros perfiles -a los que por supuesto también hay que seguir visibilizando- como a nivel directivo”, dice. La diferencia, según su criterio, es que estas últimas “normalmente no se juegan su patrimonio personal”, como sucede con la emprendedoras.

Y un buen momento para poner el valor de estas mujeres en nuestra economía y nuestra sociedad será el Female Founders Day, que se celebrará el próximo 26 de noviembre en el Ateneo de Madrid. Durante el evento, además, se decidirá quién es la emprendedora ganadora de 3.000 euros para la puesta en marcha de su proyecto, que deberán defender 5 finalistas ante un jurado.

Molina destaca el papel que juegan estas mujeres, sobre todo ante los más jóvenes: “Son referentes sanos, diversos y alcanzables para toda esta generación, tanto de niños como de niñas que ahora quizá están en sus etapas escolares. Esto empieza desde edades muy tempranas en las que sería genial que pudieran tener enfrente y de forma real y muy accesible a este perfil de mujeres que son un caso de éxito a nivel nacional e internacional”.

Retos

Cuando le pregunto cuáles son los grandes retos para las mujeres emprendedoras, sobre todo en el terreno hispano, responde: “Habría que diferenciar entre nuestro país y algunos de Latinoamérica”. Desde su punto de vista, en España “se han hecho grandes esfuerzos por parte de muchos protagonistas que tienen poder de decisión, tanto las administraciones públicas como las empresas privadas y públicas, además del propio ecosistema”.

Aun así, “los retos siguen siendo, sobre todo culturales y a nivel de educación”. Una afirmación que califica de “casi ya redundante”, pero no por ello menos real ni menos importante.

Por eso, el ejemplo es clave: “Si desde muy pequeñito ves y puedes normalizar que tu madre es una empresaria que ha levantado su propia empresa, probablemente crecerás en un entorno en el que el día de mañana te puedes sentir reflejado o reflejada”.

No solo en femenino

Aunque lo fácil en muchos de estos casos es lanzar mensajes centrados en la mujer, Molina hace hincapié en lo contrario: “Hemos identificado que durante muchos años solo se dirigía el discurso -y se sigue dirigiendo en muchos casos- específicamente a las niñas. Y para nosotras es un error, porque los niños tienen que normalizar también que las mujeres somos empresarias y que somos emprendedoras”.

Y asegura que en la asociación tampoco les convence mucho “la palabra emprendedora”: “Nos chirría mucho porque el género no tiene nada que ver con nuestro talento, con nuestra capacidad de trabajo, con nuestra capacidad de liderazgo y de cómo afrontamos todos los retos del ecosistema emprendedor -seas emprendedor o emprendedora-, que son la gestión del cambio y la gestión de la incertidumbre, desde las etapas iniciales de cualquier proyecto hasta el final prácticamente de su vida útil”.

Diferencias

Le pregunto si hay diferencias en cómo se trata a un emprendedor o a una emprendedora. “Si me estás preguntando a mí, a Esther, yo nunca he encontrado diferencias a lo largo de mi trayectoria profesional por el hecho de ser mujer. Eso no significa que no pase, porque, por supuesto, ocurre todos los días, no solo en el ecosistema emprendedor. Ocurre en todas las profesiones y prácticamente en todos los rincones del mundo”.

Unas diferencias que tienen un impacto especial en el caso de la financiación. “Es una pescadilla que se muerde la cola”, explica, porque al no tener modelos de comportamiento, sobre todo en las etapas iniciales de la educación, “no vas a poder acceder a todas las opciones que tienes para formarte”.

Y esa formación es fundamental: “Necesitas saber cómo hacer un pitch ante inversores. Necesitas saber qué funciona y qué no en un deck, de cara a inversores e inversoras”.

Consejo

Le pido un consejo para cualquier mujer u hombre que esté pensando en emprender: “Que no se le ocurra hacerlo a no ser que haya estado el mercado en el que se va a mover, que haya hecho los deberes, que haya investigado su entorno y a su posible competencia, que sepa que tiene más posibilidades de que ese proyecto salga bien que de que salga mal”.

Y es fundamental ser flexible: “También le diría a él o a ella que si el proyecto no sale como esperan, no aguarden mucho antes de cambiar de dirección, antes de redireccionar hacia quizá otro modelo dentro de su negocio u otro camino que no era el primero que habían elegido. O sea, que sean capaces de no anclarse, de no enamorarse de su idea inicial".

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