Mire a su alrededor. Seguro que hay plástico a su alrededor por todas partes -más del que cree-. Se trata, sin duda, de un producto útil. Pero esa utilidad “tiene un precio. Los residuos plásticos llegan a los océanos a un ritmo de once millones de toneladas métricas al año y está dañando la vida marina y los hábitats”.

Así se expresa en el informe Breaking the Plastic Wave [Romper la ola de plástico], un análisis realizado con un modelo informático “único en su especie”, desarrollado por 17 investigadores. “¿Cómo hemos llegado hasta aquí?”, se preguntan. Y responden: “Hemos estado produciendo enormes cantidades de productos plásticos y hemos puesto en práctica pocas medidas para regular su uso o para gestionar sus residuos de forma correcta”.

Hemos estado produciendo enormes cantidades de productos plásticos y hemos puesto en práctica pocas medidas para regular su uso

Hemos estado produciendo enormes cantidades de productos plásticos y hemos puesto en práctica pocas medidas para regular su uso

Cambiar la tendencia

Según el estudio, “podemos recortar el flujo anual de plástico hacia el océano hasta alrededor de un 80 por ciento en los próximos 20 años, aplicando soluciones y tecnologías existentes. Ninguna solución puede conseguir este objetivo por sí misma; solo podemos romper la ola de plástico si actuamos de forma inmediata, ambiciosa y concertada”.

Pero, si no se toman medidas, los modelos prevén que la cantidad de plástico que entraría en ellos cada año pasaría de 11 millones de toneladas a 29 millones en los próximos 20 años, lo que equivale a casi 50 kilos de plástico por cada metro de costa en todo el mundo.

Podemos recortar el flujo anual de plástico hacia el océano hasta alrededor de un 80 por ciento en los próximos 20 años

Mayor compromiso

“Aunque se han producido progresos en afrontar el reto global del plástico, los compromisos de los gobiernos e industria reducirán solo un 7 por ciento el volumen anual del flujo de plástico hacia el océano en 2040”, señalan los investigadores.

En su opinión, es preciso un enfoque diferente: “La mayoría de las nuevas regulaciones se enfocan en términos específicos en lugar de hacerlo en un cambio sistémico y no moderan de forma significativa el crecimiento previsto en producción de plástico”.

Y no solo para los reguladores, también para las empresas, que “se enfocan principalmente en el reciclaje o deshecho del plástico, pero se necesitan esfuerzos significativos para eliminar su uso”.

Propuestas

Entre sus propuestas para reducir ese volumen de residuos se encuentran:

  • Reducir el crecimiento en la producción de plásticos y fomentar los sistemas reutilizables y rellenables
  • Sustituir el plástico por alternativas, en especial en el empaquetado, como el papel o materiales compostables
  • Diseñar productos orientados al reciclaje cuando el plástico sea insustituible
  • Mejorar la recogida de residuos, en especial en los países con rentas medias y bajas
  • Incrementar el reciclaje mecánico
  • Desarrollar la conversión plástico-plástico, para lo cual es preciso analizar antes las emisiones de gases que provoca esta técnica
  • Construir mejores plantas de gestión de residuos
  • Reducir las exportaciones de plásticos

Los gobiernos del mundo podrían ahorrar un total de 70.000 millones de dólares y generar 700.000 empleos

“Si se ponen en marcha estas propuestas, los gobiernos del mundo podrían ahorrar un total de 70.000 millones de dólares, a la vez que reducirían la contaminación por plástico”, aseguran los investigadores. Además, tendría un efecto positivo en el cambio climático y se crearían 700.000 empleos en todo el mundo.

“Entre las personas cuyas salud y vidas se beneficiarían, se encuentran los 11 millones de recogedores de basuras en países en desarrollo, que recogen alrededor del 60 por ciento de los residuos plásticos para reciclables y que juegan un papel crítico en mantener los plásticos fuera del océano”, explica el informe.

La conclusión es tajante: “Hacer realidad la visión de casi-cero flujo plástico al océano está a nuestro alcance, si los gobiernos, las empresas y los innovadores actúan ya”.   

Si va usted este verano a la playa, imagine el espacio que ocupan su toalla y su sombrilla cubiertos por 50 kilos de residuos plásticos. Ese es el equivalente de lo que habrá en el océano en solo 20 años. Hoy nos puede parecer inimaginable, pero se podría hacer realidad si seguimos de brazos cruzados.