El abuso sexual a menores es un problema que, hasta hace poco, estaba condenado a quedarse sólo en la cabeza de la víctima, sin posibilidad de darlo a conocer. Sin embargo, a pesar de los escasos estudios sobre la materia -paradigma de las reticencias que despierta-, los expertos instan a que no se esconda para que se articule la ayuda necesaria.

En 2015 sólo en Cataluña se registró un incremento del 20% de denuncias. El dato pone nombre y apellidos a las víctimas y genera cierta “concienciación social” sobre una problemática que es imposible tapar eternamente. Lo dice Laura Rodríguez, coordinadora del Centro Terapéutico de la Fundación Vicki Bernadet.

Esta entidad trabaja desde 1997. Ahora, Obra Social “la Caixa” acaba de concederle uno de los Premios a la Innovación y Transformación Social. Creada por Vicki Bernadet para proporcionar ayuda a víctimas, como ella, de abusos sexuales, es pionera. A mediados de los noventa casi nadie osaba hablar de este asunto.

Su fundadora la puso en marcha “para que se convirtiera en un espacio donde los adultos que habían sufrido abusos en la infancia se reunieran, recibieran asesoramiento, participaran en grupos de ayuda mutua” o, simplemente, “pudieran hablar de un tema tabú”.

"Puertas cerradas"

Cuando la Fundación empieza a crecer, explica Laura, “Vicki pidió ayuda a administraciones y organizaciones privadas” pero sólo encontró puertas cerradas, como si fuera mejor tener a las víctimas en un cajón.

La emisión en Documentos TV de TVE del documental 'Infancia rota', cambió la percepción. “A partir de ahí -comenta Laura- la visibilidad que proporcionó ese y otros documentales nos hizo crecer". En ese instante, las administraciones “empezaron a abrir sus puertas”.

Del mismo modo, el reportaje permitió romper el tópico de situar el abuso en un determinado estrato socioeconómico. “Los estudios -aclara Rodríguez- demuestran que no es algo que se dé en familias con pocos recursos, ni mucho menos”.

El proyecto reconocido por Obra Social “la Caixa” se centra en “la lucha contra la pobreza y la exclusión social en el ámbito de situaciones de abuso sexual” y posibilita la atención de 40 víctimas que "sin él no podríamos atenderlas". Abarca la atención terapéutica a adultos y jóvenes que "no pueden acceder a un asesoramiento privado" y que, gracias a esta iniciativa, "reciben una atención especializada" con el fin de mejorar su calidad de vida y la de sus familias. 

Las “víctimas invisibles”

Los adultos, según Laura Rodríguez, son “los grandes olvidados, las víctimas invisibles, a diferencia de los niños para los que hay más recursos”. Por ello, el programa les permite disponer de información, acogida y orientación presencial, con psicólogo; terapia individual, “por ejemplo para las secuelas”, al tiempo que facilita a profesionales de la red un contacto continuo. 

Cabe destacar el asesoramiento jurídico, puesto que el abuso sexual no se circunscribe sólo a la conducta. “Si hablamos de una persona joven debe saber que puede poner una denuncia porque el delito no ha prescrito”. Esta misma semana, se ha hecho entrega en el Congreso de los Diputados de 305.000 firmas recogidas en change.org para que este tipo de delitos no prescriban en España.

Revictimización

No es la cuestión jurídica algo menor. “Todas las dudas deben ser respondidas por un letrado experto" puesto que es la manera de evitar que, por ejemplo, “la víctima sufra una segunda revictimización”.

La entidad trabaja tanto en la prevención, como con sus secuelas. “No hay un síndrome de niño abusado”, dice Laura Rodríguez, “lo que le quede en el futuro depende de muchas variables, como la frecuencia o la edad en que sufre el abuso”. Cuanto antes se produzca la atención terapéutica “más posibilidades hay de minimizar esas secuelas”.

La Fundación lleva dos décadas con las víctimas. El premio de Obra Social “la Caixa” impulsa la transformación social de un colectivo olvidado. La parte económica hace posible “seguir trabajando con personas que, si no, seguirían siendo invisibles”, pero hay otro factor fundamental como es el de “dar visibilidad al problema del abuso sexual infantil que sucede a nuestro alrededor, en la familia, en entornos conocidos”.

En definitiva, es proseguir con la labor de dar una oportunidad a estas personas. Reconocer que existen es un gran paso. “Que 'la Caixa' se moje en un asunto como este hay que aplaudirlo porque ayuda a su visibilización y eso es algo muy importante”, concluye.