‘Mario Kart World’ llega con la pesada responsabilidad de abrir una nueva etapa para Switch 2 y convencer tanto a veteranos como a noveles de que aún queda mucho por ver en la saga. Después del enorme éxito de ‘Mario Kart 8’, era lógico preguntarse si las novedades de esta entrega serían de importancia. Por suerte, el resultado da para mucho, sobre todo en compañía.
Un mundo que recorrer
Esta vez, los diseñadores del juego han optado por ampliar los límites de la encorsetada receta habitual. En ‘Mario Kart World’ en lugar de seleccionar circuitos de una lista, ahora se accede a un mundo abierto que conecta todas las pistas del campeonato. Las primeras carreras mantienen la mecánica de siempre con sus tres impredecibles vueltas recogiendo objetos, buscando atajos y adelantando rivales a base de conchas y plátanos. Sin embargo, tras la primera prueba, la estructura se transforma y el jugador debe llegar al siguiente circuito a través de carreras de transición. Estas carreras entre pistas invitan a probar rutas alternativas, aunque suelen ser más cortas y solo se corre una vuelta, algo que siempre te deja con ganas de rodar un poco más tiempo por el circuito.
La estructura se repite a lo largo de todos los campeonatos. Hay etapas originales y algunos escenarios bien diseñados, como el de Donkey Kong, pero también se ofrecen pistas demasiado parecidas entre sí, con pocas curvas y donde la estrategia se centra en lanzar objetos en el momento adecuado. La experiencia es entretenida en solitario, aunque realmente despliega todo su potencial cuando se juega en grupo, especialmente en el multijugador local. El juego incluye 28 pistas repartidas en siete campeonatos, cada uno con cuatro carreras. Para recorrerlas todas en la primera categoría se necesitan alrededor de tres horas, aunque la cifra se dispara al probar otros modos y cilindradas.
La libertad que necesita la franquicia
Además del modo campeonato, hay una opción de recorrido libre donde puedes perderte por el mundo abierto de ‘Mario Kart World’ en busca de secretos y rutas ocultas. Esta modalidad resulta interesante, pero sería más completa si permitiera recorrer el mundo en pantalla dividida junto a otro jugador y participar juntos en los minijuegos repartidos por el mapa. Por cierto, estos se ajustan a distintos niveles de dificultad y algunos logran poner a prueba tu paciencia. Así tras varios intentos, lo normal es que termines volviendo a los modos principales. El juego suma, además, un modo desafío en el que se encadenan seis carreras y hay que mantenerse por encima de una determinada posición para no ser eliminado. El clásico modo batalla y las opciones de competición en línea completan una propuesta de entretenimiento en su nueva versión.
Peligro al volante
Tampoco faltan novedades en el aspecto jugable. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con la conducción y el control de los vehículos. En los Joy-Con de Switch 2 la respuesta es más precisa y, en general, los karts se perciben más sólidos, especialmente en los tramos abiertos del mundo conectado. La entrega también introduce un sistema de físicas revisado que afecta tanto a los saltos como a los derrapes, aportando mayor sensación de control. Además, la aceleración y la tracción varían de forma perceptible según el terreno. Los nuevos controladores también colaboran a la hora de reproducir una experiencia más cómoda, permitiendo movimientos más naturales y una mejor respuesta. Todo esto ayuda a que el pilotaje resulte más intuitivo y divertido, pero también exige algo más de precisión en las carreras más reñidas.
Rompe con lo tradicional
‘Mario Kart World’ se deshace así de su estructura tradicional de la saga y lo hace con un amable mundo abierto que conecta los circuitos de cada campeonato. Esto aporta un nuevo ritmo a las partidas, aunque resta tiempo en los principales circuitos. Con 28 pistas, siete campeonatos y diferentes opciones de juego, es una propuesta bien pulida a nivel técnico y resulta satisfactoria, especialmente cuando se comparte en grupo, logrando justificar su papel como juego de lanzamiento para Switch 2.
Técnicas que no decepcionan
Visualmente, ‘Mario Kart World’ saca partido de la consola. Los gráficos son coloridos y el rendimiento se mantiene estable incluso con 24 vehículos en pantalla conservando la sensación de los objetos en movimiento. El juego funciona sin problemas tanto en modo televisor como en portátil. Todo el menú, los textos y los objetivos están completamente en español, lo que siempre es de agradecer. La banda sonora vuelve a reclamar un lugar en tu subconsciente con melodías y efectos hipotónicos, que además sostienen el ritmo de la partida como en ninguna entrega publicada hasta el momento.
En pocas palabras
‘Mario Kart World’ acierta con su ambiciosa propuesta y aunque no todo termina de funcionar igual de bien (las carreras de transición pueden llegar a resultar algo repetitivas), el conjunto consigue que apetezca jugar en cualquier momento, incluso a invitar a cualquiera que pase por casa. Es, sin duda, una carta de presentación inmejorable para Switch 2 y un título pensado para disfrutar tanto en solitario, como multiplicado entre amigos o familia.
