El baloncesto español vive un momento de transición y, al mismo tiempo, de gran ilusión. La ventana FIBA de noviembre no solo marca el inicio de la fase de clasificación para el Eurobasket 2027, sino también la primera gran prueba de fuego para el recién nombrado seleccionador nacional, Chus Mateo. El técnico madrileño, conocido por su rigor táctico y su trabajo en el Real Madrid, ha presentado una lista de 16 jugadores que es, en esencia, una declaración de intenciones: un paso decidido hacia el futuro y la renovación. Esta convocatoria es un claro reflejo de la necesidad de refrescar el grupo y de dar paso a una nueva generación de talentos que ya están pidiendo paso con fuerza en sus respectivos clubes, tanto en España como fuera de ella.
Este proceso, aunque natural, siempre viene acompañado de cierto miedo a la incertidumbre, pero la sensación general es de optimismo. Mateo ha optado por una mezcla atrevida, dejando claro que el mérito deportivo y el potencial son los criterios clave para enfundarse la camiseta de la selección en este nuevo ciclo. La ausencia de figuras históricas de forma temporal abre la puerta a que jugadores con menos experiencia internacional asuman roles importantes desde el primer día. Esta ventana de partidos, con rivales como Rumanía y la Eslovaquia de Ján Kocian, se antoja ideal para que los nuevos líderes empiecen a cimentar su jerarquía dentro del vestuario y en la cancha, consolidando un nuevo estilo de juego.
La Apuesta por la Juventud y el Talento
La principal característica de la lista de Chus Mateo es su marcado acento en la juventud y la inclusión de jugadores que nunca antes habían tenido la oportunidad de vestir la camiseta de la absoluta. De los 16 elegidos, hasta cinco debutantes absolutos han sido llamados a filas. Nombres como Eric Reixach, el base del Dreamland Gran Canaria, y Pablo Cardona, alero del Casademont Zaragoza, emergen como las caras más frescas y prometedoras, dispuestos a aportar su desparpajo y energía. A ellos se suman Alberto Abalde, del Valencia Basket, y Carlos Alocén, base del Real Madrid, que aunque ya habían estado en la órbita, ahora reciben su verdadera oportunidad de consolidación.
Además de los debutantes puros, el ex entrenador del Real Madrid ha recuperado para la causa a jugadores que tuvieron un breve paso por la selección, pero que no se habían asentado, como el pívot Fran Guerra (Lenovo Tenerife) y el escolta Darío Brizuela (Unicaja). La confianza depositada en estos talentos subraya la intención de construir una base sólida para el futuro, combinando la experiencia de los más veteranos con la frescura de los noveles. La renovación es un hecho y está siendo ejecutada de forma valiente y con visión de futuro, buscando no solo clasificarse para el Eurobasket, sino también asegurar la competitividad de España en los próximos grandes torneos internacionales.
El Núcleo Duro y la Experiencia Necesaria
A pesar del evidente aire de renovación, Chus Mateo no ha olvidado la importancia de contar con un núcleo de jugadores que aporten estabilidad y experiencia al grupo. Jugadores como el base Jaime Fernández (UCAM Murcia) y el ala-pívot Sebas Saiz (Fenerbahçe Beko) se perfilan como los encargados de llevar la voz cantante en el vestuario y en la cancha, asegurando que la transición sea lo más suave posible. Su conocimiento de las ventanas FIBA y de la dinámica de la selección será vital para guiar a los más jóvenes y para mantener la identidad competitiva que siempre ha caracterizado a España.
La lista también incluye a otros jugadores ya asentados en las rotaciones recientes, como el alero Xabi López-Arostegui (Valencia Basket) y el base Quino Colom (Monbus Obradoiro), quienes tienen la responsabilidad de seguir siendo referentes en sus posiciones. Esta mezcla estratégica de veteranía y novedad es el sello personal de Mateo, que busca aprovechar la energía del cambio sin renunciar a la solidez que da la experiencia. En total, el seleccionador ha llamado a siete bases/escoltas, cinco aleros/ala-pívots y cuatro pívots, buscando un equilibrio posicional que le permita afrontar los dos compromisos de la mejor manera posible, con versatilidad y diferentes opciones tácticas.
Los Primeros Compromisos y el Camino a Seguir
El calendario de la selección es exigente, con el primer partido programado para el jueves 21 de noviembre contra Rumanía en un pabellón español por determinar, seguido por el desplazamiento a Bratislava para enfrentarse a Eslovaquia el domingo 24. Estos encuentros son cruciales para iniciar la fase de clasificación con buen pie y para que los jugadores empiecen a adquirir los automatismos deseados por Chus Mateo. El objetivo es claro: conseguir las dos victorias y enviar un mensaje contundente sobre el potencial y la ambición de esta nueva selección.
La lista de 16, que se reducirá a los 12 finales para cada partido, pone de manifiesto la profundidad de la cantera del baloncesto español. Mateo, con esta selección valiente, ha iniciado un camino de revolución silenciosa, inyectando sangre nueva y energía a un proyecto que busca mantener a España en la cima del baloncesto mundial. Es el comienzo de una nueva era, una era donde los jóvenes talentos tienen la oportunidad de tomar el relevo y demostrar que el futuro del baloncesto español está más que asegurado.