En pleno debate acerca de la participación de equipos de Israel en competiciones deportivas, la Euroliga de baloncesto contará en la presente temporada con dos equipos del país hebreo: el Hapoel Tel Aviv, que obtuvo la clasificación directa al torneo, y el Maccabi, el otro gran club de Israel. Una circunstancia que le generará más de un problema a la Euroliga, ya que ambos tendrán que jugar sus partidos lejos de su propio territorio y, además, las protestas contra la permisividad de las organizaciones deportivas por la presencia de Israel en el deporte, mientras continúa el genocidio en Gaza, se han intensificado tras lo sucedido en La Vuelta a España.

Que dos clubes israelíes estén presentes en la Euroliga era una situación que, en los 25 años de historia del campeonato, nunca se había dado. El Maccabi ha disputado todas las ediciones salvo la primera, en la temporada 2000/01, ya que este optó por jugar – y ganar – otro torneo llamado Suproliga, que tan solo duró un año. La pasada campaña, el gran equipo de Israel jugó sus partidos como local en Belgrado, y lo seguirá haciendo. Los clubes del país hebreo buscan refugio en el deporte en países que lo respaldan, como es el caso de la mayoría de Europa del Este.

El Hapoel se ha buscado un país distinto para disputar sus encuentros en ‘casa’. Lo hará en Bugaria, jugando la mayoría de los partidos en su capital, Sofía, aunque, en alguna ocasión, tendrán que hacerlo en la localidad de Samokov. Ambos equipos vieron como otras opciones mas cercanas a su país de origen, como Chipre, rechazaron esta posibilidad por los grandes operativos de seguridad que necesitan estos encuentros. Otras naciones se negaron por estar en contra de las acciones bélicas ejercidas por el gobierno israelí.

Los partidos entre israelíes y turcos se disputarán en sede neutral

Los problemas logísticos causados por esta circunstancia incluyen también la decisión de reubicar los encuentros entre los equipos turcos e israelíes. Ni Anadolu Efes ni Fenerbache jugarán sus partidos como local contra Maccabi Tel Aviv ni Hapoel en Turquía debido a la decisión de trasladar esos encuentros a sedes neutrales, motivada por tensiones políticas y recomendaciones gubernamentales de seguridad.

La razón principal radica en la escalada de hostilidades diplomáticas entre Turquía e Israel, lo que ha generado inquietudes acerca de la seguridad de jugadores, aficionados y autoridades en los partidos disputados en suelo turco. Cabe destacar que, en Turquía, la mayoría de la población es musulmana, por lo que, si las relaciones entre ambos países nunca han sido buenas de por sí, el genocidio en Gaza ha empeorado aún más el panorama. Así, la Euroliga, en coordinación con los gobiernos afectados, ha optado por reubicar estos encuentros para asegurar que se disputen en condiciones que minimicen riesgos, manteniendo al mismo tiempo la integridad deportiva del calendario. El Efes jugará en Podgorica (Montenegro) frente a los dos clubes hebreos y aún se desconoce dónde lo hará el Fenerbache.

La hipocresía de la FIBA al no excluir a Israel

Desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania en febrero de 2022, FIBA tomó medidas muy firmes: suspendió a selecciones y clubes rusos, incluyendo las franquicias destacadas como CSKA Moscú, UNICS Kazán, Zenit San Petersburgo y Lokomotiv Kuban, de las competiciones de Euroliga y EuroCup, retirando además sus resultados. Asimismo, suspendió su participación hasta nuevo aviso en competiciones nacionales e internacionales, y negó la candidatura de Rusia para el EuroBasket 2025.

Sin embargo, equipos israelíes continúan participando en torneos respaldados por FIBA sin restricciones similares, alegándose que cumplieron con los criterios deportivos en los clasificatorios. Esta disparidad plantea serias preguntas sobre la coherencia política y ética, ya que no se entiende que un país cuyas acciones han sido fuertemente sancionadas en todos los ámbitos deportivos puede ser excluido mientras que otro inmerso en conflictos geopolíticos mantiene pleno acceso. Si se aplican sanciones en nombre de la ley internacional, los derechos humanos o la seguridad, la posición de FIBA parece inconsistente, al permitir la participación de Israel, mientras se prohíbe rotundamente la de Rusia bajo circunstancias que, para muchos, comparten elementos comparables de tensión, militarización y controversia internacional.

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