A las 21:02 horas de este viernes, el colegiado balear Mateo Busquets Ferrer se llevaba el silbato a la boca para el partido inaugural de la novena jornada de Liga. El Carlos Tartiere acogía un Real Oviedo – RCD Espanyol unas horas después de que la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) planteara parones de 15 segundos al inicio de los encuentros en señal de protesta por el Villarreal - FC Barcelona que LaLiga se llevará a Miami. Y así ocurrió. El cronómetro echó a correr, pero ninguno de los futbolistas lo hizo durante diez segundos. Una imagen potente que tan sólo pudieron ver los asistentes al feudo del conjunto carbayón, pues quien siguiera el partido por Movistar fue testigo de una nueva censura en la retransmisión, que depende de LaLiga.

Los futbolistas de Primera División, auspiciados por el sindicato AFE, promovieron la “protesta simbólica” como reivindicación “por la falta de transparencia, diálogo y coherencia” de LaLiga sobre el duelo de Miami que enfrentará al Villarreal y al Barcelona el próximo 21 de diciembre y que se corresponde con la jornada número 17 del campeonato nacional. Maniobra de Javier Tebas, presidente de la patronal, que no cuenta con el respaldo de los jugadores; algunos de ellos han manifestado públicamente su rechazo frontal, así como la asociación. En el primero de los 10 encuentros de la novena jornada se ha cumplido ese gesto simbólico, pero no exento de polémica.

Y es que, como ya ocurriera hace unas semanas, se ha vivido otro episodio de censura en la Liga de Fútbol de Profesional. Concretamente en la retransmisión del encuentro, habida cuenta de que sólo los asistentes al Carlos Tartiere vieron la queja de los futbolistas. Mientras eso ocurría, la señal de Movistar, que depende de LaLiga, mostró los alrededores del estadio del Real Oviedo, suscitando innumerables quejas de los televidentes en redes sociales.

Las protestas

La polémica está servida en el fútbol español. Unas semanas atrás, LaLiga hacía oficial que exportaría uno de sus partidos fuera de las fronteras patrias. Específicamente, trasladaba el partido de la jornada 17 en el que se medirán Villarreal y Barcelona. Decisión controvertida que algunos clubes, como el Real Madrid, ya denunciaron en su momento cuando trascendieron los planes de la patronal. Las quejas no sólo pivotan sobre una posible adulteración de la competición al haber - esgrimen - un equipo que no dispute los 19 partidos pertinentes como local y como visitante, sino sobre la falta de transparencia en las negociaciones entre las entidades y la organización. De hecho, algunos futbolistas han lamentado que las conversaciones se hicieran a espaldas de los otros 18 clubes que componen la categoría de oro del fútbol español.

De ahí que los futbolistas, con el motor del sindicato mayoritario (AFE), convocaran paros de entre 10 y 15 segundos al principio de los partidos para esta jornada. En el primero ya han sucedido, a pesar de los intentos de censura audiovisual de LaLiga. No obstante, la asociación ha decidido mantenerse al margen de la iniciativa de los jugadores pese a que comparten el fondo de las quejas. En este sentido, indican que sí podrían hacerlo los integrantes de Girona y Betis, rivales de culés y castellonenses en esta jornada, para así evitar que la acción se interprete como una medida contra otro club.

El sindicato expone que “ante las permanentes negativas y propuestas quiméricas” de la patronal, rechazan el proyecto que no cuenta con la aprobación de los propios protagonistas. Incluso exigen a la organización que encabeza Javier Tebas que se postergue la venta de entradas y se cree una “mesa de negociación en la que se comparta toda la información y se analicen las características excepcionales del proyecto”. Así se manifestó AFE a través de un comunicado, en el que, además, demandan que se atiendan “las necesidades e inquietudes de los futbolistas”, así como se blinde “la protección de sus derechos laborales y el cumplimiento” de la normativa vigente.

LaLiga se justifica

Tras las primeras protestas censuradas, el movimiento de LaLiga se orientó contra la AFE, convocando al sindicato a una Comisión Paritaria para explicar todos los detalles del partido en Miami. En otra carta remitida a la presidencia del colectivo de futbolistas, se precisa la “plena disponibilidad” de LaLiga para una reunión con los jugadores. Además, el propio Tebas se comprometía “personalmente” a atender a todos ellos el viernes 24 durante toda la jornada, desde las 09:00 horas de la mañana, “de manera presencial o remota”, con el objetivo de “maximizar su asistencia”. De igual modo, desde la patronal recuerdan que AFE conoce las intenciones de llevarse un partido fuera de España “desde 2018” y justifican que se ha puesto en su conocimiento tanto “su evolución” como el “marco de colaboración con Relevent – empresa promotora del encuentro en Miami –“.

No obstante, la primera comunicación data del 12 de agosto. El colectivo venía reclamando más información acerca del acuerdo con Relevant y el propio partido, autorizado por la UEFA recientemente como “excepcionalidad”. La AFE quiere saber si se respetarán los tiempos de descanso y concentración o, si en su defecto, se prevén compensaciones o seguros adicionales tanto de salud como del viaje, al margen de otras cuestiones.

ElPlural.com se ha puesto en contacto con LaLiga para conocer el estado de las conversaciones con el sindicato, así como la ocultación de las protestas durante una retransmisión que corre a su cuenta. Sin embargo, a la hora de la publicación del artículo, este medio no ha recibido respuesta alguna.

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