El Gobierno ha presentado esta mañana la Tasa Google en el Congreso de los Diputados, dando un paso más en la tramitación del impuesto, tras haber sido rechazadas las enmiendas de devolución del proyecto de ley presentadas por PP, Vox y Ciudadanos. Con este paso, el texto se someterá a debate y votación de las enmiendas al articulado en la comisión correspondiente.

El impuesto sobre servicios digitales establece un tipo impositivo del 3% para actividades del mundo digital. En concreto, grava tres tipos de actividades: la publicidad online, la intermediación entre empresas y particulares y la venta de datos de usuarios. La propuesta del Gobierno es que las empresas que ofrezcan alguno de estos servicios paguen el impuesto en los países donde opera, en este caso España.

Sin embargo, no todas las empresas digitales tendrán que pagar la tasa, sino que solo tendrán que hacerlo aquellas con un volumen de negocio al menos de 750 millones de euros a nivel mundial y 3 millones en España. Según la estimación del Ejecutivo, el nuevo impuesto permitiría recaudar 968 millones de euros al año, frente a la estimación inicial de 1.200 millones, antes del impacto del coronavirus.

La propuesta ha sido presentada por María Jesús Montero, ministra de Hacienda, asegurando que España tiene “una fiscalidad analógica en un mundo digital”. En este sentido, ha recalcado la necesidad de una nueva “realidad económica” para adaptarse a los niveles de tributación de otros países.

Tal y como ha reconocido la ministra de Hacienda, el objetivo es gravar a compañías "que pueden tener actividad en un país sin tener presencia en él", con una aportación “escasa o nula” actualmente.