Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT) han reaccionado a los datos del IPC de marzo publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) pidiendo una subida de los salarios y una contención de los precios. El índice de los precios se sitúa en el 9,8%, máximo histórico desde 1985, y la inflación subyacente en el 3,4%, de la que CCOO ha acusado a “los empresarios no energéticos, que en un ejercicio de insolidaridad ya están produciendo un efecto de segunda ronda”.

UGT ha señalado que para evitar que la subida desmedida de los precios continúe es necesario que “se lleve a cabo una política de contención de precios ambiciosa” y que las medidas ya tomadas “deben ampliarse” en materia de moderación de alquileres o de concesión de bonos sociales. También han querido trasladar que, ante los datos conocidos, existe “la imperiosa necesidad de aumentar los salarios de manera inmediata”.

CCOO, por su parte, ha pedido un pacto de rentas que reparta los costes de la inflación y una subida de los salarios porque “el peligro no está en que se desate una espiral inflacionista sino en que la fuerte pérdida de poder de compra de los salarios y prestaciones públicas desinfle la demanda y se hunda el crecimiento”, señalaba el sindicato. También han criticado la fijación en el precio mayorista de la electricidad porque “está permitiendo que las compañías eléctricas obtengan beneficios extraordinarios”.

La inflación, aunque Calviño prevé que descienda en el segundo semestre del año, cerrará el 2022 en valores elevados y no será hasta 2023 cuando se espera que descienda de forma sustancial. Los sindicatos han propuesto más medidas para responder a este momento inflacionista, algunas de ellas son la concesión de un bono social, la congelación de los precios del alquiler o el mantenimiento de las rebajas fiscales en la electricidad, propuestas que detalla CCOO en su comunicado.