Este jueves los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente, ha comparecido de forma conjunta para presentar su manifiesto de cara al 1 de mayo, día del Trabajador. Ambos líderes sindicales se han mostrado muy contrariados con la posición de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y su negativa a negociar un Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva (AENC) que incremente los salarios y recupere parte de la capacidad adquisitiva que han perdido los trabajadores con la crisis, en favor del “aumento de los beneficios empresariales”.

Los sindicatos dan a las patronales hasta el 1 de mayo como plazo para afrontar esas negociaciones y advierten que, de no ser así, el proceso de conflicto retornará, pudiendo hacerlo en esta ocasión con más dureza. Así lo ha trasladado Sordo, que ha puesto de ejemplo la tensa situación que se está viviendo en Francia por la reforma de las pensiones. “Una sociedad que ayer llenaba los servicios de hostelería en Semana Santa a lo mejor mañana demuestra de una forma desordenada su malestar”, ha advertido.

“Le decimos a la CEOE, si no hay un acuerdo vamos a promover la movilización y se sabe por donde se empieza y luego no se sabe lo que prende en la sociedad”, ha advertido antes de preguntarse si “¿preveía Macron esta reacción en Francia?”. Así, el secretario general de CCOO ha puesto la pelota en el tejado empresarial dejando claro que sus palabras no son “una amenaza, sino una realidad”. “CEOE sabrá que escenario quiere para la segunda parte del año, como quiere afrontar el proceso electoral y tendrá que saber si en los procesos de inversión que tienen que realizar las empresas quieren una negociación colectiva ordenada o desordenada”, ha concluido.

Beneficios empresariales

Las organizaciones sindicales han vuelto a cargar contra los beneficios empresariales, a los que han culpado de gran parte de la espiral inflacionista. Las empresas "han repercutido el coste de las subidas de los productos energéticos, en el precio final de los bienes y servicios, especialmente en los productos alimenticios y de primera necesidad, para mantener sus márgenes de beneficios”, reza el comunicado presentado, en el que también se señala que este proceder a generado que los efectos de esta crisis “estén recayendo sobre las mayorías sociales, los trabajadores y afectando de forma grave a los segmentos más vulnerables de la población”.

Atendiendo a la evolución del coste de la vida como principal problema de la clase trabajadora, UGT y CCOO apuestan por los incrementos salariales como “reivindicación central en la negociación colectiva”. “Necesitamos salarios decentes que crezcan en parámetros equivalentes a la inflación, garantizando el poder de compra”, aseguran, para lo que reivindican una vez más la cláusula de revisión salarial. Sobre esta, la última propuesta sindical contempla que se atienda tanto a la evolución de la inflación como a la situación económica de las empresas como parámetros que establezcan el incremento de los sueldos.

Apoyo al Gobierno de cara a las elecciones

“Ante el nuevo ciclo electoral no es lo mismo quien gobierne”, remarcan los sindicatos en su manifiesto como uno de los principales titulares. Ensalzando las negociaciones y los acuerdos conseguidos, desde la reforma laboral, pasando por la reforma de las pensiones y hasta la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), entre otros de los avances que han destacado, han mostrado su claro apoyo a revalidar un Gobierno progresista. “Seguir construyendo en esa dirección, depende mucho del resultado de estos procesos electorales”, han destacado.

“Las personas trabajadoras nos jugamos el seguir avanzando en la mejora de la calidad de vida y de nuestros derechos laborales y sociales, o poner en riesgo todo lo conseguido hasta ahora”, han señalado, mostrando la dicotomía y el futuro que pronostican en el caso de que la derecha llegase al poder. “Instamos a la ciudadanía a participar masivamente en los procesos electorales y a apoyar las propuestas electorales de progreso”, han llamado directamente. Por último, concluyen su documento con una advertencia: “El riesgo reaccionario está más presente en la sociedad española que nunca y nuestro país no puede retroceder. Tenemos que continuar avanzando en derechos, libertades y dignidad para que las mayorías sociales vivamos mejor”.

Despido barato

Los sindicatos han ensalzado la reforma laboral y los diversos avances conseguidos en materia de trabajo, pero han pedido ir más allá. “En nuestro país aún es demasiado fácil y barato despedir”, han señalado, razón por la que han pedido a las fuerzas políticas ir más allá en este sentido. “Tenemos que avanzar hacia un precio del despido disuasorio, justo y adecuado a las circunstancias sociales, vitales y de reempleabilidad de las personas afectadas”, han señalado.

En esta misma línea ha coincidido en más de una ocasión la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, aunque aún no se ha avanzado para deshacer el retroceso que el Partido Popular contempló en su reforma laboral y que abarata el despido. “Somos uno de los pocos países que tienen un modelo de despidos injustificados topado y esto no se acomoda, según resuelven algunos tribunales españoles y el artículo 24 de la Carta Social europea”, aseguraba la titular de Trabajo hace un par de meses.

En este sentido, los dos sindicatos han recordado la demanda interpuesta contra España ante el Comité de Derechos Sociales del Consejo de Europa por el precio del despido. “Esperamos que antes de fin de año salga la sentencia, pero ya hay algunos juzgados que empiezan a contemplar este nuevo despido”, han asegurado.