En España existen 1,1 millones de compañías de origen familiar y son el principal motor de creación de empleo, generando más de 6,58 millones de puestos de trabajo (entre el 66% y el 67% del empleo privado). La empresa familiar genera representa entre el 56% y el 57% del PIB del sector privado.

Son datos extraídos del 'Estudio conjunto sobre la Gobernanza en la Empresa Familiar' llevado a cabo por The Family Advisory Board (TFAB) y ATREVIA, presentado este miércoles en Madrid a cargo de Manuel Bermejo, socio fundador y presidente de TFAB y Asun Soriano, CEO y presidenta de ATREVIA España.

Bermejo está convencido de que la empresa familiar tiene un enorme potencial de crecimiento internacional y cree que, si se hacen bien los deberes, en 2025 puede haber más de mil multinacionales de origen español. "Eso cambiaría radicalmente la economía española, pero de eso no se habla en los debates”, enfatizó. ¿Y qué le pide al gobierno que surja tras el próximo 28-A? Un “plan para crear esas mil nuevas multinacionales y certidumbre”, dijo, recordando que las empresas son los mayores creadores de empleo, riqueza y bienestar.

La internacionalización es, junto a la continuidad de las empresas más allá de la tercera generación, la comunicación interna y la creación de protocolos familiares que garanticen la buena gobernanza, son algunos de los principales retos de ese tipo de compañías.

El estudio, en el que han participado 500 empresas familiares españolas medianas y grandes, ofrece una radiografía de la situación de estas organizaciones desde un punto de vista corporativo y en el ámbito de la comunicación, reflejando sus fortalezas, debilidades, desafíos e inquietudes presentes.

Aspectos a mejorar

Entre los aspectos que precisan mejoría, cabe destacar también la falta de planificación documental respecto al rumbo de las empresas y la poca preparación ante una posible crisis. Un 52% de las compañías carece de un plan estratégico documentado mientras que, por otro lado, un escaso 19% asegura contar con un plan de crisis.

Asimismo, el estudio revela que aún existe un 52% de empresas que prescinde de un acuerdo de accionistas, protocolo o similar, y un 73% que descarta por el momento los planes de formación para miembros de la familia. Los planes de sostenibilidad son otros grandes olvidados: solo un 33% de las compañías los contempla.

Otro dato concluyente es que la mayor parte de las organizaciones se sitúan aún en segunda generación, circunstancia que presenta el 47% del grupo de referencia.

Optimismo en el futuro

Aun así, el 85% de las empresas encara de manera positiva su futuro y prevé registrar un crecimiento de su actividad durante el próximo año. Para lograrlo, se muestran confiadas en la reputación de la marca y la excelencia de su producto, que coinciden en señalar como sus mayores fortalezas. Además, el 66% de las organizaciones estima que los valores con los que se identifica la sociedad conectan con los de la empresa.

A su favor también juega su elevado índice de institucionalización, considerando que un 74% de la muestra posee algún órgano de gobierno empresarial, Consejo de Administración o similar. Y, por otra parte, el relevo generacional es uno de sus aspectos mejor cubiertos: el 62% de las empresas afirma contar con un plan de sucesiones en la gestión.

La comunicación, en segundo plano

La comunicación se confirma como uno de los grandes ámbitos por trabajar. “Muchas familias empresariales evitan hacer comunicación porque ‘son discretos’, pero si tú no haces comunicación otros lo harán por ti”, enfatizó Manuel Bermejo.

Únicamente el 5% de las compañías asegura disponer de un plan actualizado que le proporcione seguridad a la hora de conectar con el cliente y otros grupos de interés en caso de crisis. A este déficit siguen una escasa política preparada de 'public affairs´y la falta de conocimiento institucional.

En caso de visibilidad mediática negativa, solo un 4% de las empresas encuestadas afirma contar con preparación suficiente para dialogar y seguir sus protocolos de portavoces. Y ello, pese a que la mayoría se enorgullece de conocer y manejar correctamente las redes sociales, así como de que sus portavoces tengan una preparación adecuada para afrontar este tipo de situaciones.

Para Asun Soriano, CEO de ATREVIA, “es una barbaridad” que el 81% de las empresas familires no tenga un plan de crisis y confíen en que saldrán de la misma apoyándose en su entorno: asociaciones, proveedores, empleados o clientes.

También ve como una “oportunidad perdida” la ausencia de un plan de sostenibilidad que haga públicos sus valores y su compromiso con la sociedad. En este sentido, sólo el 33% de las empresas familiares cuentan con uno frente al 67% que no lo tiene. Y eso que el 66% de las empresas familiares encuestadas creen que los valores con los que se identifica la sociedad conectan con los de la marca.

En lo que respecta a la comunicación interna, en el ámbito familiar-empresarial se registra una tendencia a enfatizar conceptos como la transmisión de la pasión por el proyecto, los valores de la compañía.

Asun Soriano reclamó que estas empresas conviertan a los medios de comunicación en cómplices de su actividad. “El bajo perfil es una entelequia, los medios de comunicación son un altavoz y una oportunidad, no una amenaza”, concluyó.