Este viernes 4 de octubre se cumplen 65 años desde que Diners Club Spain, compañía especializada en servicios financieros para viajes corporativos, comenzó a operar en España con la primera tarjeta de crédito del mundo.

El responsable de que hoy no necesitemos llevar la cartera llena para sobrevivir a lo largo del día es el empresario neoyorkino Frank McNamara. Fue en una cena de negocios en 1949 cuando se dio cuenta de que no tenía la cartera y no podía pagar.

Ahí se le encendió la bombilla: la tarjeta de crédito.

Un año después, nació Diners Club. Tras el crecimiento en Estados Unidos, la compañía comenzó a expandirse internacionalmente y en 1954 llegó a España como pionero en el mercado de las tarjetas de crédito en nuestro país.

Lo que primero empezó como una tarjeta de cartón pasó después a plástico, cada vez más fino hasta llegar a lo que tenemos ahora entre las manos. Un pequeño trozo de plástico que nos permite pagar cualquier cosa en cualquier momento, al menos en las grandes ciudades.

Casi 80 millones de tarjetas en circulación

Según un estudio del Instituto de Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada, solo el 9% de las transacciones de consumo mundiales se hacen a través de tarjetas de crédito.

En nuestro país, un informe del Canal Sondeo asegura que aún el 91% de los españoles utiliza dinero en efectivo en su día a día. Sin embargo, el auge de las tarjetas de crédito y débito no ha parado desde su aparición.

A día de hoy, hay casi 80 millones de tarjetas en circulación en España, 10 millones más que hace cinco años. Según los datos del primer trimestre de este año que ofrece el Banco de España, los españoles realizaron 1.015 millones de pagos con tarjetas de crédito, un 15,27% más que en el primer trimestre del año anterior.

El 95% de los españoles utiliza tarjeta

Según el Observatorio de Aproser, el 95% de los españoles utiliza tarjetas de crédito o débito, en paralelo al consumo en efectivo. El estudio destaca varios motivos para decantarse por el plástico para pagar: comodidad, seguridad y rapidez.

En cuanto a los lugares donde más pagos se realizan con tarjetas están los supermercados, restaurantes, discotecas, centros comerciales, gasolineras y hoteles.

Una de las tendencias más claras es que los españoles usan cada vez más la tarjeta para pagar importes menores. Prueba de ello es que ha aumentado el número de datáfonos a la vez que ha disminuido el número de cajeros automáticos.

Convivencia con el dinero en efectivo

Por su parte, el Instituto de Coordenadas asegura que el dinero en efectivo aún tiene vigencia y estamos muy lejos de ver su final. “Estamos en un punto crítico pero, al menos por ahora, ni los gobiernos, ni los bancos, ni la tecnología, han conseguido matar al dinero en efectivo.”

Entre otros factores destacan la falta de infraestructuras accesibles para pagos alternativos, la escasez de puntos de venta en algunos comercios, las precarias conexiones informáticas en algunos lugares, el difícil acceso a la parte de los productos del sistema financiero o incluso la persistencia de la economía sumergida.

Por estos motivos, el dinero en efectivo seguirá conviviendo con el uso de tarjetas de crédito y débito en España, al menos en el futuro más próximo. Quizás dentro de 45 años celebremos el primer centenario de las tarjetas de crédito en España con la misma o mayor popularidad en los bolsillos de los españoles.