Después de la época de crisis, los españoles salimos a la calle con ganas de gastar. Pero ahora, durante el primer semestre de este año, la demanda se ha moderado. En parte por la subida de precios, que nos han quitado poder adquisitivo. La facturación sigue creciendo porque los precios han subido y han compensado. “En este principio de año se ha producido una desaceleración importante en la demanda”, ha señalado Pedro J. Domínguez, experto de la consultora Nielsen. Las ventas en volumen hasta junio han caído un 0.9% mientras que en el mismo periodo del año anterior habían subido un 1,8%. La facturación sí se mantiene, crece un 3% tanto en esta primera mitad del año como en el mismo periodo de 2017. A menores ventas, siguen creciendo los ingresos se justifica por la subida de los precios. El año pasado la evolución de los mismos en gran consumo fue del 1,2%; este año es del 3,9%.

J. Domínguez añade que “es la primera vez que vemos este cambio de tendencia en la demanda. Durante la crisis se restringió el consumo, cuando comenzó la recuperación llegó la alegría y ahora el volumen se estabiliza, en parte porque no hay un crecimiento de la población que pueda justificar un aumento de la demanda”. Para el experto, “los precios están influyendo en esta desaceleración”.

En el sector del gran consumo esta retención es más evidente. El año pasado el sector vivió una “situación idílica” e inusual porque creció en volumen y en valor: vendió más cantidad de producto y facturó más. Si la población no crece es difícil que ambos indicadores avancen. Este año lo que mantiene el aumento de las ganancias son los precios. En 2017 el coste de los alimentos subió 17 veces más que los salarios. Los primeros crecieron un 1,7% mientras que el salario medio del español se quedó casi igual, con una subida testimonial del 0,1%, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Según señalaba el Banco de España, en el caso de otro tipo de bienes, ya se ha agotado esa demanda que se había quedado embalsamada durante los años de crisis. Tras la recuperación se ha ido dando salida a esta demanda que ya se está tocando techo. La muestra es que en el primer semestre de 2017 las ventas de electrodomésticos crecieron un 3%, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de electrodomésticos (Anfel).

En la primera mitad de este año el avance se ha reducido a la mitad, al 1,4%. En 2016 el crecimiento llegó a ser de 4,44%. El índice de ventas minoristas del INE también revela un crecimiento menos vigoroso. Este indicador revela la evolución de las ventas en el comercio minorista en España, lo que facturan las empresas por lo que venden. Hasta junio creció un 1%, frente al 1,3% en el mismo periodo del año pasado, y muy por debajo del 4,3% del primer semestre de 2016. La Confederación Española del Comercio (CEC)lleva meses manifestando “la profunda inquietud” del sector “y la preocupación por la evidente ralentización del consumo”.