El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Juan Rosell, ha afirmado que España está viviendo una ligera desaceleración de la economía en los últimos meses, aunque considera que "no es alarmante".

Para el presidente de la patronal, el contexto internacional y el hecho de que haya economías emergentes con problemas "no ayuda a que el crecimiento sea potente" en España. Así lo ha señalado Rosell en las mañanas de RNE, antes de reunirse en Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá, y sindicatos con el objetivo de plantear mejoras respecto a la última reforma de 2017 en lo que respecta a la formación profesional.

Los ámbitos que apuntan a la desaceleración 

La tendencia hacia la desaceleración de la economía se percibe en indicadores como la caída del comercio minorista o el peor dato de empleo en el mes de agosto desde 2008, en los datos trimestrales del PIB, que por primera vez desde 2015 crece a un ritmo interanual inferior al 3%.  No obstante, se trata de una desaceleración que ya estaba por los analistas al tener en cuenta la pérdida a nivel doméstico del impulso inicial de la recuperación y los cambios adversos en el escenario internacional.

Uno de los indicadores donde más se percibe la desaceleración es el consumo de las familias, responsable de casi la mitad del PIB, que se resiente especialmente por la caída del empleo y el fuerte repunte de la inflación debido al petróleo, lo que disminuye la renta disponible de los hogares, que podrían verse afectados además por una posible subida de los impuestos. 

El comercio también ha sufrido un descenso, influido por la bajada en la llegada de turistas. El sector emplea a más de 2,6 millones de personas en nuestro país.

La pérdida de competitividad de España también se ve reflejada en un frenazo en las exportaciones, que ya crecen por debajo del PIB.